21 diciembre 2013 por Carlos Padilla
Portadas de El País y La Gaceta de este sábado 21 de diciembre.
Voy a ser sincero. Tenía preparado para hoy un relato sobre cómo mi padre, mi madre y yo evitamos que me operaran de fimosis cuando era pequeño, pero he sido incapaz de terminarlo. No he podido hacerlo sobre todo por una razón: hoy me cuesta mucho reír y si yo mismo soy incapaz de alegrarme por nada, poco podré hacer para trasladar esa emoción a alguien más. Este sábado basta echar un vistazo a las portadas de los periódicos nacionales de información general para darnos cuenta de que este país vuelve a estar, más que nunca, partido en dos. Y todo por culpa de la acción de un Gobierno estatal, formado por un Partido Popular virado a la ultraderecha más cavernaria, que está acabando, uno por uno, con todos los derechos sociales y personales alcanzados en más de 30 años. Se dice pronto: 3 décadas de trabajo echadas a perder en apenas dos años de legislatura.
Hoy toca el turno a la maternidad, una potestad que se ha arrancado a la mujer a golpe de decreto neolítico. Poco puedo añadir sobre este asunto y su repercusión en los medios de comunicación. El diario La Gaceta titula hoy: “Matar vuelve a ser delito en España”; por su parte, con un “Aborto: España retrocede 30 años”, El País se coloca en el otro extremo. El primero, igual que La Razón, recurre de manera repugnante a la utilización de la imagen de menores con síndrome de Down; el segundo se limita a reproducir una fotografía del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Dos puntos de vista diametralmente opuestos e incluso me atrevería a decir que si las palabras pudieran pegarse patadas o declararse la guerra, estos dos titulares estarían ahora mismo matándose el uno al otro. Porque en este asunto, como en ningún otro, la ultraderecha carga su demagogia con mucho, mucho odio. Ya no se trata de una cuestión meramente ideológica, de un debate que podamos resolver sentándonos a hablar; se trata de que yo, tú y aquellos y aquellas que pensamos que el ser humano no comienza justo en el momento de la fecundación estamos promoviendo el asesinato.
La reforma de la mal llamada ley del aborto -pienso que de lo que se trata es de ejercer libremente el derecho a ser madre- no viene sola, y aquí reside el segundo gran peligro de esta maniobra legal contra la mujer. Al amparo de la crisis económica, el Gobierno de España y el Partido Popular han eliminado el supuesto de la anomalía fetal como justificación de la interrupción del embarazo, no sin antes acabar con la ley de dependencia, introducir una reforma laboral que arrastra la ocupación de las mujeres a los peores niveles de la crisis y plantear una reforma de la administración local que amenaza con ver desaparecer los servicios sociales de los ayuntamientos. Mirado en conjunto, el paquete no pinta nada bien y apunta a un objetivo bien claro: acabar con el aborto a costa de la mujer, condenándola a asumir la carga de la atención al dependiente, al trabajo en el hogar y a la exclusión del mercado laboral. A menos que tengas dinero para pagar.
Hoy no es un día para sonreír. Como muchos otros desde que el PP, asomando de las cavernas de Atapuerca, está tendiendo la mano a sus votantes de ultraderecha. Lo que nos espera.