Tenía ganas de escuchar el gran órgano Allen de la catedral pucelana con mi admirada Pilar interpretando un repertorio muy apropiado, y con la invitación me dirigí a la ciudad del Pisuerga para comprobar in situ cómo sonaba.
El aforo casi al completo con gente llegada de distintos puntos de España como bien nos contó Michael Reckling, "alma mater" de estos conciertos, que también se encargó de presentar e ilustrar cada obra y autor así como anunciar la venta de los CDs que se graban en cada uno de estos conciertos (para mí con recuerdos de Les Luthiers).
No me convenció escuchar el "Cantabile" de la Sinfonía 3 de Saint-Saëns desnudado de la orquesta, aunque siga siendo un punto y aparte con las cuatro obras anterior para afrontar el grueso del programa. Y desconozco la razón de incluir El Canto del Cuco (1974) interpretado por su compositor, el propio Reckling, cierto que efectista en su escucha estereofónica aunque algo fuera de lugar entre obras de los Grandes del Órgano, pues el remate sería nada menos que Reger y la Fantasía Ein feste Burg ist unser Got, Op. 27 (Fantasía sobre el coral "Un alcázar fuerte es nuestro Dios"), donde el "Allen" no ayudó al disfrute de esta dificilísima obra que causó algún quebradero a la intérprete en la búsqueda y elección de registros (con toda la tecnología puesta precisamente al servicio del organista).