Cuando abandonó el ex-Ministro de Economía, se dieron argumentos como su sentimiento de marginación por la dirección del PSOE, según los más benévolos o como muestra de un Gobierno débil, sin política económica clara, según los más críticos.
Manuel Pizarro se marcha, sin más. Eso es lo que dirán sus valedores, los que apostaron por él. No existe ningún tipo de discrepancia con el PP Nacional ni mucho menos con el PP Madrileño. Simplemente se va.
El tiempo nos dirá el por qué, pero el Partido Popular nos vendrá con aquello de que las personas entran y salen, que no ocurre nada y que esto es normal y usual. Comparecerán Rajoy y Cospedal para dar este mensaje de tranquilidad.
Pero ¡ay como se marche alguien del PSOE! Será consecuencia de un partido que va a la deriva, de un Gobierno que no hace nada y de un lider que no ejerce como tal.
¿Qué se apuestan?
Es que no es lo mismo.