El choque ante los españoles en el Monumental puede marcar pautas importantes en el futuro de la selección argentina. Es un nuevo ciclo con algunos jugadores que estuvieron durante el último Mundial y otros que no estaban en consideración. Además, todavía no está definido el sucesor de Maradona. Todo esto hace pensar que no será simplemente un amistoso para Batista, los futbolistas citados y tampoco para la gente.
En el caso de estos últimos, sería satisfactorio ganarle a la mejor España de la historia para volver a confiar en este equipo y renovar esperanzas en cuanto al futuro, ya que el mazazo recibido en Sudáfrica todavía mantiene secuelas entre los hinchas. Por lo que una derrota volvería a dejar dudas y, sobretodo, menos crédito para una albiceleste que viene trastabillando desde hace un buen tiempo.
Los convocados para este partido que estuvieron presentes en la última cita mundialista saben que es una buena oportunidad para reivindicarse y seguir siendo parte del plantel. Los que no fueron parte de la lista de Maradona son concientes que deberían dejar una buena imagen para continuar con chances de vestir la camiseta de su país. Algunos ejemplos son los de Zabaleta, D’alessandro y Cambiasso, que jamás estuvieron en los planes en el ciclo anterior.
De todos modos, Sergio Batista será quien se lleve todas las miradas en dicho cotejo. El Checho está al tanto que se juega una parada más que importante para permanecer en el cargo que cualquier técnico argentino desea tener. Sumó algunos puntos con la victoria ante Irlanda. No por el resultado precisamente ya que solo se ganó por la mínima diferencia, sino porque se vio una idea dentro de la cancha. Aunque tampoco tuvo demasiada relevancia por la jerarquía del rival, como sí la habrá ante el equipo campeón del mundo con prácticamente todas sus estrellas. Una victoria haría incrementar notablemente sus posibilidades.
Como conclusión, queda claro que la Argentina no deberá tomar este juego como un amistoso por una cuestión de conveniencias. Los jugadores para mejorar lo producido en sus últimas presentaciones y recuperar la confianza de los fanáticos. Y Batista para demostrar que está capacitado para el puesto y mantener sus ilusiones de ser el entrenador en Brasil 2014. Está claro. No es un partido más.
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