Cuando Isaac Asimov volvió a publicar una nueva novela sobre la Fundación, posiblemente la mejor saga de ciencia ficción, alguien le preguntó por qué había tardado tanto tiempo (casi dos décadas) en volver a escribir. El escritor y doctor en química le respondió que realmente nunca había dejado de escribir. Y era cierto. A su labor como creador de literatura de ficción se unía una magnífica senda en libros de divulgación.
Sin duda no me puedo comparar con Asimov, ni en su capacidad para escribir ciencia ficción ni en la divulgación (ojala pudiera a llegar a ser la mitad de bueno que él en ambos aspectos), pero su respuesta me viene perfecta para explicar por qué no he actualizado en tanto tiempo este blog.
He escrito, y mucho, sobre geología y sobre otras cosas que no tienen que ver con la geología, pero el año que ha pasado ha sido tan absorbente que no he tenido que dar prioridades a otros aspectos de la vida. Ojala todo el trabajo dedicado haya sido útil y se produzcan resultados durante esta nueva órbita alrededor del sol.
Prometo volver a escribir y publicar, tratando de dar lo mejor de mí para que la geología, esa cosita que tanto me gusta, acabe tomando un pequeño pedazo de vuestros corazones.