Estos de las CUP españolas (Confluencias Unidas en Podemos) son la hostia. Entre besos en la boca, bebés en el congreso, corazones en los carteles, la sonrisa del país, comunismo, marxismo y socialdemocracia, han conseguido que millones de españoles entiendan lo que para otros tantos, y alguno más, nos resulta del todo incomprensible. Tiene su mérito, aunque Manuela, mi mujer, insiste en que éstos de Podemos le recuerdan a los antiguos chatarreros porque vivían de, y a costa de, los despojos.
El CIS publicado un día antes del inicio de la campaña electoral del 26 J anuncia que las CUP’e pueden desbancar al PSOE como segunda fuerza política en el parlamento nacional. Tampoco debiera sorprenderme. Teniendo en cuenta que hay gente capaz de creer que un juez ha impuesto una condena de dos años de cárcel a un individuo por una estafa de 80 euros, cómo no creer que Podemos tiene la solución para todos nuestros problemas.
Los fans de las CUP’e andan entusiasmados disparatando y replicando los mensajes que lanza el líder supremo: con la sonrisa volvió la democracia, con la sonrisa ganamos a los terroristas, con la sonrisa … ¿Qué nueva barbaridad dirán mañana? ¿Dirán a los estudiantes que con una sonrisa aprobarán los exámenes y a los enfermos que con una sonrisa curarán su cáncer? Cualquier cosa, por inverosímil que resulte. Y, lo más triste, seguirán consiguiendo no sólo votantes sino adeptos.
Asumo que uno, yo, pueda ser pelín raro, escasamente inteligente e incapaz de comprender. Y será por eso que no estoy preparado para votar a Podemos. Me disculpará el señor Iglesias, pero sigo pensando que el terrorismo se acabó gracias a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que las enfermedades se curan gracias a la Sanidad y que los exámenes se superan estudiando. Y así todo.
Bien mirado, puede que Manuela tenga razón.
José SIMÓN GRACIA
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