Hace unos días se confirmó en el corazón de Birmingham algo que era un secreto a voces desde hace semanas: el equipo principal de la ciudad, el Aston Villa, jugaría en el Championship (La segunda inglesa) la temporada que viene. Un gol de Marcus Rashford, último descubrimiento del Manchester United, condenó a los villanos de forma definitiva y consumó el descenso y final de un año sangrante, con una derrota tras otra que ha terminado con el equipo como uno de los peores colistas de la historia de la Premier League.
El caso de los villanos encierra además una peculiaridad especial que sólo se da en Inglaterra, siendo el único país que alberga a un club Campeón de Europa militando en divisiones inferiores. Es más, ni siquiera es el único pues el Nottingham Forest, equipo que deslumbró al mundo a finales de los 70 con el genial y controvertido Brian Clough, ganó dos Copas de Europa consecutivas en 1979 y 1980 y no ha sido capaz de retomar su camino en la Premier desde su descenso en 1999.
Ahora es el Aston Villa el que deberá pelear por buscar su sitio en la élite. Desde luego nadie puede decir que no fuese algo esperado. No en vano, desde 2011 no había conseguido quedar por encima del decimoquinto puesto final en la Premier. Malas inversiones, mal planificación deportiva, caros fichajes como Jordan Ayew o Micah Richards que no han terminado de cuajar, y un largo etcétera. Nada que no se haya visto en otras ocasiones con otros clubes. Vendieron a Fabian Delph y Christian Benteke en verano lo que dejó una plantilla aún más débil pero, eso sí, 66 millones de euros en las cuentas… Y es que los números asustan desde luego: a fecha actual 16 paupérrimos puntos cosechados en tres victorias y siete empates, pase lo que pase ya, la peor temporada de la historia del Aston Villa y el peor colista de las grandes ligas europeas salvo notable sorpresa. Además, con el descenso de los villanos ya sólo quedan Manchester United, Chelsea, Everton, Liverpool, Tottenham y Arsenal como únicos equipos que nunca han descendido desde la creación de la Premier League en 1992. El Aston Villa lo hizo por último vez en 1987 cuando todavía existía la Division 1.
Atrás quedan los años dorados que fueron coronados con aquella Copa de Europa de 1982 ganada contra pronóstico frente al Bayern de Munich de los Rummenige, Breitner y compañía. Aquel día fue el héroe local, Peter White, el encargado de llevar al Aston Villa a la gloria con un solitario gol. No en vano, en aquel entonces los equipos británicos, y hasta su expulsión de competiciones europeas por los hechos sucedidos en Heysel, dominaron el fútbol europeo con mano de hierro entre 1977 y 1984 con la sola excepción del Hamburgo en 1983.
Y es que el fútbol no suele perdonar cuando tropiezas. Ya se habla de despidos en Villa Park, Gabby Agbonlahor sancionado por mala conducta, dimisiones en la junta directiva… Cuando el fútbol te engulle es difícil volver a asomar a la cabeza. Que se lo digan al Leeds de principios de la década pasada que coqueteó incluso con los mejores en la Champions League para terminar descendiendo en 2007 a tercera división o el Coventry que descendió en 2001 y terminó en la misma división, o la ciudad de Sheffield, huérfana de fútbol de élite desde hace tiempo con los descensos del Wednesday y el United.
Ya expresé en su día mi afición villana en este post. Un mal día aquí y en Birmingham. Pero esto es fútbol. Volverán.
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