No habrá paz para los malvados: Coronado da la talla como tipo duro

Publicado el 10 noviembre 2011 por Carmelo @carmelogt

Indiscutible que en esta película José Coronado está muy bien, hasta llega a ser un Clint Eastwood a la española.E indiscutible también que hay escenas muy logradas, como la del final, con ese sigiloso malvado acechando con el cuchillo.Las escenas con el cuchillo me gustan, como la del metro. No tanto las de révolver, como cuando están entrenando la pareja de policías.Y tampoco me entusiasma el lío de jurisdicciones policiales: que si ahora esto corresponde a este departamento, que si luego al otro...Me gusta también la ambientación. Los marroquís resultan creíbles y los colombianos tanto o más.
Pero me pregunto yo después de ver la peli si el gran papel individual de Coronado basta por sí solo para subir la altura del conjunto.Y también me pregunto si no es una trama demasiado complicada o en la que se dejan demasiadas preguntas sin resolver.No obstante, quizá la intención del director Urbizu sea precisamente dejar al espectador expectante y con ganas de hablar o ver otra vez el espectáculo.Se discute si lo que pasa en la parte inicial es casual o no, o sea, si Santos Trinidad (Coronado) quiere vengar una vieja afrenta colombiana o si todo es fruto de su borrachera.Me inclino más por lo segundo.Y se discute también si el complot que descubre persiguiendo a su posible delator se asemeja o es el 11M. No sé qué decir al respecto. Probablemente se asemeja.Pero yo, como espectador, tengo que decir que me perdí a mitad de película, porque se me escapó la intención, el objetivo, de Santos Trinidad, ya no sé si perseguía al testigo de su crimen o si se había encontrado con algo más gordo, o incluso si estaba en la continuación de algo más gordo que él ya vivió.En cualquier caso, creo que es algo para disfrutar mejor en un segundo pase, y cuando ya te han explicado algo o te has informado bastante bien de No habrá paz para los malvados.Lo que se me queda grabado es el alcoholismo de Santos, algunas heridas fuertes que sufre, su pistola en el dedo, la escena del metro y la escena final del cuchillo, aparte de algunas excelentes caracterizaciones de personajes.Y claro, José Coronado, que aquí demuestra que sabe hacer más que bien de tipo duro, oscuro y amargo, que no nos cae demasiado mal a pesar de todo.