No hagas nada sin mi

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Hace un rato mi marido me ha preguntado por qué no había entrada nueva hoy en mi blog, que si se me había estropeado blogger o me pasaba algo. Le he contestado que no, que simplemente no he podido sentarme desde que nos hemos levantado.
Hace unos días comenté que mi hijo me persigue por la casa. Además, me persigue en plan "no puedes hacer nada sin mi". No quiere que cocine, no quiere que me ponga a limpiar nada y lo que menos le gusta de todo es que me siente en el ordenador. Sólo puedo tener ojos y manos para él y aunque no me hable, me lo indica con gestos, tirándome de la ropa y la mano con mucha fuerza y hasta pegándome gritos. Muchas veces me siento a jugar con él y al rato deja de prestarme atención, enfrascado con lo que esté jugando, pero en cuanto me doy la vuelta para hacer otra cosa, ahí viene corriendo a echarme la bronca.
Recuerdo con cierta nostalgia la Navidad del año pasado. Yo podía levantarme tranquilamente y dejarle en la cunita mientras desayunaba, escribía mi entrada y echaba un vistazo a la blogosfera. Este "chollo" se esfumó hace mucho, de forma paulatina, hasta llegar a la situación actual: no poder ni hacer pis sin que venga detrás y me tire del brazo para que me levante del WC.
Aún cuando ayer al preguntarme mi madre "qué tal" le respondí: "aquí, en la lucha diaria", hemos ganado bastante. No cambio esta etapa por la de recién nacido, por mucho que, probablemente, esta sea mucho más agotadora psicológicamente. 
Eso sí, tengo cierta envidia sana de mi marido, que puede tranquilarme leer el correo en el trabajo, e incluso podría tener un blog y publicar regularmente o hacer cualquier otra ciber tarea sin tanto esfuerzo como yo, comer sin luchar con nadie, ir y venir sin más preocupaciones que las propias, pedir cita con el médico sin preguntarme si me viene bien quedarme con el niño, ir a una cena de empresa sin plantearse nada más... todas esas cosas.
Anoche me dijo que creía que este trabajo (el mio) debería estar remunerado. No sé si el horno está para bollos; lo que sí sé es que cumplimos una función social muy importante y que no está nada reconocido. Pero este es ya otro tema...