En los tiempos que corren, la diferencia entre los de arriba y los de abajo cada vez es mayor, ojo, no hablo fútbol. Nuestro día a día. Un país en el que desde unos años a esta parte, esto sí es fútbol, ser el tercero en Liga prácticamente suponía estar más cerca, en cuanto a puntos, de los puestos de descenso que de ser campeón de la competición. Solo el ejército del Cholo ha sido capaz de derrotar a ese monstruo de dos cabezas que devoraba la Península de un extremo a otro.
No sé como lo veis, pero en mi opinión, esto va en detrimento del espectáculo. Saber de antemano que, cualquiera de los dos equipos de esta bicefalia, es prácticamente imposible que pierdan puntos como local jugando con determinados equipos, desde luego es un handicap. ¿Puede ocurrir que alguno de los dos ceda en campo propio? Correcto, puede pasar. ¿Suele suceder? No. Un no rotundo.
Pero aún hay un lugar (ojalá lo siga siendo también el Calderón) un rincón para nostálgicos, como yo. Un recoveco donde ningún partido está ganado antes de ser disputado. Un sitio con menos glamour, en el que los focos apenas se fijan en alguien en particular, aunque calidad también hay, y mucha. Este lugar del que hablamos no está lejos, le tenemos en casa y muchos hemos tardado en descubrirlo, en gran medida por la falta de información que nos llega, lo humilde vende poquito. Al final, parece que todos los caminos nos llevan a Roma, este parece un fruto más de lo que conocemos como 'fútbol moderno'.
Como más de uno habrá podido comprobar, me estoy refiriendo a 'nuestra' Liga Adelante, donde las diferencias entre los de arriba y los de abajo, en cuanto a puntos, son mínimas. Y las económicas, haberlas ‘haylas’, como las meigas, pero ni mucho menos llegan a ser sangrantes y dañinas como en otras competiciones. Estas diferencias en cuanto a presupuesto no se escapan a la realidad, cierto es que llegan incluso a ser lógicas, ya que hay equipos que con más masa social, de ciudades más grandes o con mayor apoyo institucional, pero como digo, nada que escape a la lógica.
Una competición donde todos tienen opciones, donde un recién ascendido comanda y sube de categoría, donde históricos no están lejos de la quema e incluso nos dejan y donde, por supuesto, nadie tiene nada asegurado. No es descabellado que a final de temporada la tabla sea una foto que nada se parezca a la de mediados de curso. Con cinco partidos buenos, el colista se mete en ascenso y con cinco partidos malos, el líder sale de los playoffs, sólo son cinco o incluso quizás menos, ninguna locura.
Lo que sí es de locos es la poca atención que se le presta a esta competición, una Liga en la que juega Valerón debe ocupar horas y horas de televisión, prensa y radio. Tal vez sea un poco exagerado, pero con 'El Flaco' le pongo nombre a una de esas debilidades futbolísticas que todos y cada uno de nosotros tenemos, en definitiva, el de Arguineguin hace que me toque la fibra sensible, mal gusto creo que no tengo. Simplemente he querido poner un nombre propio, pero señores, aquí hay nivel, hay internacionales con sus países, hay campeones del Mundo, campeones de Europa, tanto de club como de selecciones... hay de todo, como en botica.
Haciendo resumen, se trata de una Liga llena de sorpresas, con resultados inciertos y donde nadie tiene absolutamente nada asegurado y todo está por decidir. No sé si la mejor, probablemente no, pero sin duda, es la más bonita.