Para Sir Winston Churchill el éxito era aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. Es como decir que las cosas hay que hacerlas paso a paso, aunque te salgan un fiasco. Se puede expresar la idea de cientos de formas, y de cientos de formas se ha expresado esas ganas de delimitar el concepto del éxito. Los conceptos intangibles y convencionales al mismo tiempo no tienen nada más que la limitación que en un momento cultural dado se le da. De seguro que el "amor" ya no es ese Amor Cortes del siglo XIII. Ni el sexo tampoco, gracias a muchos "quienes sean". Ni la mujer es la que era. Ni el hombre tampoco, aunque muchos se resistan a perder ese machismo dominante e inherente. Tal vez todos esos cambios surgieron después de siglos de fracasos tras fracasos. Cuando te hartas de fracasar dejas de desesperarte. Y es entonces cuando empieza el verdadero éxito al dejar que todo te la sude -molestias aparte por expresión-. Cualquier persona que haya pasado de cierta edad, les dirá que lo del éxito es una tontería frente a estar vivo, y no me dirán que no es cierto. Sálvese quien pueda. No se si será éxito no desesperarse en el constante fracaso, pero de seguro que aprenderás a dominar tus errores. O no. En este último caso, ya se pueden imaginar el resultado. Estamos en una Sociedad donde la palabra fracasado es un símil de paria. Pero más estúpidos son los que lo entienden así. Todo el mundo muere tarde o temprano, con éxito o sin él. Puede que quedes en el recuerdo, pero simplemente serás eso, recuerdo, que no inmortal. Nadie es inmortal con éxito o sin él. Y nadie, con éxito o sin él, podrá volver de la muerte. Éxito sería eso. Lo demás, una ridícula aporía de la realidad cotidiana del ser humano.