Ya no sé ni que decir al respecto la verdad. Uno intenta constantemente ser positivo, enviar buenas vibraciones y alegrar de alguna manera la situación actual pero cuando se encuentra con datos tan demoledores como los últimos presentados a través de la encuesta de población activa hace tambalear cualquier sentimiento de buena esperanza que pueda albergar.
Por mi parte me gustaría omitir la cifra concreta de parados pero creo que de poco servirá cuando por todos es conocido ya que España cerró el año 2011 con más de 5 millones de parados. Concretamente, 5.273.600 personas que no trabajan o mejor dicho, no consiguen un trabajo en el que coticen en la seguridad social.
Porque si nos paramos a pensar en cifras reales, no se entiende que en un país como el nuestro con, como indica el Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) en 2011 haya 46 millones de personas y 5 millones no trabajen. Porque si quitamos a jubilados, ancianos, niños o jóvenes estudiantes aún en edad de no trabajar…¿Cuántos habitantes quedan en condición de desempeñar una tarea remunerada y cuantos no lo consiguen?
Con esto quiero decir que, aunque los 5 millones de parados sí es un dato que hay que tener muy en cuenta, quizá deberíamos fijarnos más en la cifra que indique cuántos de ellos trabajan sin tener contrato o respaldo alguno de su empresa. Porque aunque es cierto que algunos aprovechan esta etapa para gastar menos y solicitar que “arrimemos el hombro”, otros no pueden mantener su pequeña y mediana empresa por tener que pagar demasiados tributos y prefieren mantener al menos a sus empleados en plantilla aunque sea sin derecho alguno.
Y que quede claro que no estoy de acuerdo con la economía sumergida ni con los abusos que sufren los trabajadores que desempeñan su labor sin contrato o en condiciones precarias. Pero menos estoy de acuerdo con los abusos de poder y las medidas impuestas por aquellos a los que no les tiembla la mano para firmar leyes, decretos o lo que sea, con tal de que entre dinero en las arcas de la administración y nadie vea en que se gasta. Por eso y por tantas y tantas familias que lo están pasando mal, siento que hayamos superado ya los 5 millones de parados, pero lo que más siento es que nadie haga algo real para parar este paro sin reparo.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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