No hay Público sin Zapatero

Publicado el 26 febrero 2012 por Cronicasbarbaras

Acaban de cerrar el diario Público, otro fracaso de Rodríguez Zapatero, que quería crear un poderoso grupo de comunicación que mantuviera la llama de su progresismo verbenero, pero cuyo resultado tras dos mandatos fue dejar vacío ideológico, el PSOE cadavérico, 5,3 millones de parados y España medio intervenida por países extranjeros.

Una muesca más en el desastroso revólver para suicidarse de quien el 26 de septiembre de 2007, cuando salió el periódico, sabía que bajo su protección ningún banco iba a negarle un crédito y ninguna empresa la publicidad.

Zapatero pretendía liberarse de la opresiva tutela que El País había ejercido sobre el anterior presidente socialista, Felipe González.

Para ello comenzó concediéndole en 2005 a sus amigos ricos y rojos de tertulia, una televisión, La Sexta, preludio de Público; y para no disgustar demasiado a El País, le concedió otra televisión, Cuatro.

Entre tanto, decenas de periódicos españoles de larga historia sufrían la crisis económica internacional que se cebaba especialmente con este país porque el primer ministro, optimista patológico, no la veía y prometía pleno empleo para 2012.

Diarios de todas las provincias sufrían la caída de la publicidad y tenían que hacer enormes recortes en sus gastos, mientras Público, explotaba su cercanía a Zapatero: ¿quién iba a desairar el antojadizo presidente del Gobierno que se dejaba guiar por "brujos visitadores" como decía Juan Luis Cebrián, de El País?

Público, por lo demás, iba convirtiéndose en la caverna de la izquierda más antigua y agresiva, pues mordía la mano de sus anunciantes, a los que acusaba de explotadores, olvidando que los propietarios de la televisión y su periódico se habían hecho multimillonarios al amparo del capitalismo.

Finalmente, La Sexta se vendió a Telecinco, el zapaterismo se hundió como el Titanic el 20N, y Público cerró con la mayoría de sus trabajadores llamándole explotadores a sus multimillonarios señoritos rojos.

---

Nota al margen:

Esta es la última viñeta del periódico. La culpa de su cierre es de obispos, fascistas y banqueros. Tenían que comprarlo, pero no lo hicieron, los muy explotadores. Ý El País, el de los "brujos visitadores" de Zapatero, dice lamentarse ahora de la muerte de Público. Actitud de una admirable y deliciosa caradura.

El herioco miliciano que muere, reproducción de un montaje de Robert Cappa, pero falso como un billete de 50.000 peseta de entonces, es un lector de Público al que se ve que no le dio tiempo a pagar el diario para que sobreviviera, mientras Jaume Roures, su multimillonario proletario, perdón propietario, defiende en el odioso Hollywood capitalista una película de Woody Allen.

---------

SALAS, el verdadero humor

Aparte de que el banquero podría ser Roures, veamos este estudio sobre la eslasticidad facial, o dureza del rostro teresiano.