Como lo único que quiero para mi hija es que sea feliz —haga lo que haga con su vida—, me siento en la obligación de fomentarle a pensar que su felicidad puede coartar la felicidad de otros, lo que finalmente coartará la suya (directa o indirectamente, se dé o no se dé cuenta). Por eso, el día de ayer lo celebré no impulsándola a convertirse en una consumidora, sino que a convertirse en una ciudadana, es decir, en alguien que forma parte de una sociedad (¡tremendo regalo!, según yo).
Pero no la llevé a cualquier marcha. Hay marchas por todo y algunas pueden ser muy negativas (como las que promueven la discriminación y la intolerancia). ¿Entonces cómo decidir qué marcha apoyar? Fácil, no me complico: las que tienen por único fin el avance de uno de los mayores logros de la humanidad: los derechos humanos. Por eso, ayer llevé a mi hija a una marcha por la educación y espero seguir llevándola a otras y que algún día... ella me lleve a mi".
Bayo
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