Yo, ilusionado, hacía una página web sobre el pueblo de mis padres. Era una página muy currada, casi profesional. Nadie sabe las horas que dediqué, las investigaciones que emprendí, la documentación que reuní. Y mira que era difícil, pues el pueblo es pequeñín, la gente cerrada y el ayuntamiento desinteresado. Con todo, buscando en internet, consultando algún archivo y biblioteca, preguntando a amigos y familiares, leyendo algunas (escasas) publicaciones con referencias al mismo fui construyendo una página muy completa que incluso recibió reconocimiento en forma de algunos modestos premios en la red y alguna pequeña referencia en diarios como el El País. Aquella intensa actividad duró más de 10 años. Los residentes fuera del pueblo, los emigrados o alejados por la vida, recibieron la propuesta con interés. Reconocían en sus comentarios el valor de la iniciativa y confesaban el interés por su seguimiento. Muchos de ellos colaboraron aportando documentos de interés: fotos, artículos, noticia... Llegaban comentarios desde Viena, Holanda, EEUU, Argentina... Algunas personas realizaron valiosas aportaciones, pero siempre echaba de menos la colaboración local, las noticias en boca de sus protagonistas, el aliento de los parroquianos... Finalmente, cansado, decidí cerrar aquella página. Durante un mes ofrecí su administración a quien pudiera interesar. Acabó el plazo y ¡No hubo quién!
¿No hay quién?
¿No hay quién?
Pues si no hay quién...
A mi web le pasó igual: ¡No había quién! Finalmente se cerró. Se mantuvo un blog en forma de periódico (algo mucho más fácil de mantener y que me llevaba menos tiempo) que también cerró finalmente en medio de la desidia de aquellos a los que iba dedicado. No faltaron quienes manifestaron su agradecimiento y sus ganas de colaborar pero fueron pocos, y lejanos. Terminé convencido de que no podía seguir contando noticias "de oídas", de forma imprecisa, a veces equivocada... El blog se estaba covirtiendo en un refrito de lo que se publicaba en internet por otras vías. Quería más implicación de los propios residentes del pueblo, al menos como colaboradores, pero... ¡No había quién! Así que cerré el acceso al público y la mantuve solo para mis ojos. Me serviría de archivo para ir pegando, a modo de álbum, las noticias que fuera recopilando por la red o que yo mismo pudiera aportar. Y ahí está: ignota, pero viva. Quizás algún día enseñe el álbum, si encuentro que hay alguien que manifieste algún interés. De momento, ¡No hay quién!
Hoy, organizando los archivos de los discos duros de mi ordenador, me he topado con la documentación reunida sobre este pueblo. Es enorme. Reiterativa, irrelevante a veces, confusa... pero enorme. Y sigue creciendo porque mi interés por el pueblo y su historia se mantiene. Quizás algún día me dedique a organizar todo este material y hacer algo con él. Quizás sea provechosa para alguien o ayude a realizar un libro sobre la localidad... ¡pero no hay quién!