Grabado antiguo donde se ve la aplicación de la Atutía a un paciente
Como todos sabemos, “No Hay Tu Tía” es una expresión muy común que solemos utilizar cuando nos rendimos en situaciones que no se pueden evitar o que no tienen solución. Al oírla, una persona comprende que no hay esperanza de cambio. Así, cuando no se puede salir de un asunto, decimos “No Hay Tu Tía”, que equivaldría a no hay nada que hacer. Pero… ¿Qué tiene que ver nuestra tía en todo esto?. Pues, a menos que sea parte del problema por alguna casualidad, nuestra tía no tiene que ver nada con que nuestro problema no tenga solución.
Entonces… ¿Por qué le echamos la culpa a ella? En realidad no lo hacemos. La expresión “No Hay Tu Tía” proviene de una mala interpretación de la palabra Attutíyya, también conocida como Atutía o Tutía. Atutía es una palabra procedente del árabe hispánico attutíyya (del árabe clásico, tūtiyā, o en sánscrito, tuttha).
Se trataba así de un remedio utilizado antiguamente para aliviar a los enfermos, al principio por males en los ojos o por heridas pequeñas (Como cicatrizante). Es decir, era una cura mágica a casi cualquier enfermedad (sino a todas). Básicamente la Atutía era un ungüento elaborado a partir de la capa que, producto de la fundición y purificación de óxido de cinc mezclado con otras sales metálicas, quedaba adherida a las paredes de los hornos y de sus chimeneas.
Una muestra de óxido de cinc, componente básico de la atutía.
Más tarde, la fama terapéutica de este preparado se extendió tanto que pronto se creyó en los ambientes populares que era una especie de panacea o remedio universal que podía curar todos los males, y empezó a utilizarse para tratar cualquier tipo de enfermedad.
Como seguramente habrán podido dilucidar, cuando “No Había Tu Tía” era, pues, que no había más remedio, que se carecería de una solución para un problema. Por otro lado, como suele suceder con casi todas las palabra antiguas, al pasar de boca en boca, la expresión se fue degenerando, y cabo por borrarse la de delante, además de separarse la expresión, ya que, si tenemos en cuenta su origen, “Tutía” debería ir todo junto.
Actualmente, La Real Academia Española acepta para ambas expresiones, es decir, las formas “no hay tutía” y “no hay tu tía”. Pero, como han podido ver, nuestra tía no tiene que ver con esto
Fuentes: Wikipedia