El PP y Ciudadanos cerrarán unos pocos chiringuitos inútiles de los cientos que la Junta ha abierto para colocar a sus familiares y amigos, pondrán a personas suyas al frente de otros muchos, igualmente inútiles, y dejarán la Administración casi igual que está ahora, incrementándola tras meter a sus enchufados, lo que aumentará el gasto y provocará las primeras críticas e indignaciones ciudadanas. Pero como el grueso del funcionariado y, sobre todo, los que ocupan los puestos claves y acumulan experiencia, seguirán siendo socialistas, las administraciones e instituciones sabotearán el cambio, no funcionarán y los andaluces se encabronarán y hasta podrían añorar a Susana y a sus miles de ladrones en el poder.
La misma Junta reconoce ahora que tiene algunos miles de funcionarios y colocados sin trabajo que hacer. Cuando la administración se engorde con la llegada de los peperos y los amigos de Marín y Rivera, el número de vagos se triplicará por lo menos, a no ser que los nuevos "amos" los coloquen arreglando carreteras, cosa que, desde luego, no van a hacer.
Los de VOX, con la inteligencia que dan la frescura, la limpieza y la osadía, serán lo bastante hábiles para no formar parte de ese nuevo gobierno con muchas papeletas para al fracaso. Su papel será realizar una oposición vigilante y crítica desde la limpieza y el amor a la nación para dejar claro ante el electorado que ellos nunca serán tan cobardes e inútiles como los nuevos, en espera de que en las próximas elecciones tengan que enfrentarse con un PSOE quizás resurgido gracias a las blanduras y necedades de los nuevos gobernantes.
¿De verdad alguien se cree que los del PP y Ciudadanos van a levantar las alfombras y airear las toneladas de suciedad que allí se esconden? El PP pudo cambiar el rumbo de la España castrada y arruinada que dejó Zapatero y no sólo no cambió nada, sino que condecoró al inepto. Ni siquiera tuvo el valor y la decencia de derogar leyes socialistas tan canallas como la de Memoria Histórica, que abrió las puertas a la discordia y al guerracivilismo. Ni siquiera bajo los impuestos, ni adelgazó el Estado, a pesar de que esas fueron las promesas que le llevaron en volandas hasta la Moncloa.
El PP, que demostró ser con Rajoy campeón de cobardías y de parálisis, sabe que si se atreviera a levantar las alfombras andaluzas a él le levantarían otras alfombra, quizás tan llenas de inmundicia como las que esconde Susana.
Para realizar la limpieza que necesita Andalucía hace falta un valor propio de héroes y, sobre todo, una conciencia impoluta y una mochila completamente vacía de culpas, corrupciones, traiciones y miserias.
¿Y qué decir de Ciudadanos, un partido veleta que tiene como líder en Andalucía a un mediocre que ha militado antes en el Partido Andalucísta, el PSOE y el PP, buscando siempre una ruta hacia el poder, camino que ahora ha encontrado subido a lomos de Ciudadanos, donde se exige mas lealtad y obediencia a los líderes que pericia y solvencia?
Andalucía no ha abierto las puertas del cielo con la heroica votación popular del 2 de diciembre. Sólo ha abierto las puertas del purgatorio o del limbo, y tal vez temporalmente, porque los diablos pueden regresar. Pero, a pesar de que el futuro está lleno de nubarrones amenazantes y debilidades despreciables, Andalucía ha dado un gran paso hacia su liberación porque ha demostrado que el pueblo andaluz es capaz de echar del poder hasta a imperios tan férreos y blindados como el socialista. Y a partir de ahora, los que ocupen el poder empezarán a tenerle miedo y respeto al pueblo, condición fundamental para que exista la democracia.
Francisco Rubiales