La actitud de los cuatro principales partidos políticos tras el 20-D refuerza el convencimiento de que, si UPyD no existiera, habría que crearlo.
Tal como aventurábamos durante la campaña electoral, el bipartidismo ha pasado de ser una balanza con dos platillos a una mesa de cuatro patas; pero bipartidismo a fin de cuentas en un escenario en el que se mantienen los perversos comportamientos políticos que han traído a España a la gravisima situación en que se encuentra, por lo que nada hace prever que el futuro sea plácido. En el Congreso, PP, PSOE y Ciudadanos han llegado a un pacto en el que todos ganan: el PSOE se hace con la Presidencia de la Cámara, Ciudadanos coloca a dos representantes (que verán elevados considerablemente sus sueldos) cuando sólo le correspondería uno, y el PP cobrará su renta dentro de unas semanas con la investidura de Mariano Rajoy. Y mientras tanto, Podemos haciendo ingeniería parlamentaria para inscribir a cuatro grupos y cobrar más subvenciones del Estado. Frente a estos comportamientos, sólo recordaré una acción de UPyD durante la legislatura anterior para dejar clara la diferencia entre unos y otros: publicar en internet las nóminas de todos sus diputados.
Sus primeros movimientos están demostrando que las apelaciones en campaña a la “nueva política” no eran más que mera estrategia electoralista -como decíamos algunos-, lo cual agranda nuestra desazón por su demostrada incapacidad para hacer frente a problemas mucho más graves como el desafío de los independentistas catalanes. Mientras el nuevo presidente autonómico de Cataluña, surgido de un proceso esperpéntico, toma posesión de su cargo sin comprometerse a defender la Constitución, los cuatro principales partidos votados por los españoles coinciden en NO suspender la autonomía de esa Comunidad, por lo que el tal Puigdemont seguirá utilizando contra España los poderes que le presta… España. Como ven, todo muy lógico. Frente a toda esta irracionalidad, volveré a mencionar sólo una actuación de UPyD en la legislatura pasada: solicitar al Gobierno central que asumiera los pagos a proveedores de Cataluña y no entregar dinero del FLA a Artur Mas, además de reclamar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, claro.
Somos miles de españoles los que quedaríamos en la zozobra política si no tuviéramos un referente con el que contrastar las continuas veleidades de quienes deberían dirigir nuestro país; miles, por tanto, los que nos uniríamos para crear UPyD en caso de que UPyD no existiera. Pero como UPyD existe, lo que nos corresponde ahora es fortalecerlo, reformarlo, regenerarlo, revitalizarlo.