El chino y el arroz
Cuentan que había un hombre poniendo flores en la tumba de su difunta mujer cuando, de repente, vio que un hombre bajito de ojos rasgados -un chino-, ponía un plato de arroz en la tumba de al lado. El hombre, en tono de burla, se dirigió al chino y le dijo:
- Perdone, señor, ¿de verdad cree que su muerto vendrá a comer el arroz?
El chino se lo quedó mirando fijamente a los ojos y en tono solemne le respondió:
- Sí… cuando su muerto venga a oler sus flores.
Todas las personas somos diferentes, por tanto pensamos diferente y actuamos diferente. Así que no juzgues; sólo comprende.
Es importante que trates a la gente como te gusta que te traten a ti: ¡con respeto! Respeta y te respetarán. Sin juzgar, sino intentando comprender. Te ahorrarás mucha energía y te sentirás mucho mejor; te ayudará a ser feliz.
“Si juzgas a la gente, no te queda tiempo para amarla”. Teresa de Calcuta
“Cómo ser feliz cada día” , Raimon Solà.
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