1. m. Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.2. m. Movimiento político que intenta establecer, con diversos matices, este sistema.
Supongo que no hace falta explicar aquí que estas definiciones no casan con el PSOE ni con el sistema de estado que tenemos. Más bien al contrario, la organización de los medios de producción cada día se basa menos en lo colectivo o estatal para dejarlo en manos individuales y particulares porque el Estado está vendiendo o liquidando sus bienes (ellos lo llaman privatizar).Que el PSOE no responde a la segunda definición queda patente cuando observamos con estupor que camina en sentido contrario a lo que apunta la citada definición. No busca establecer una organización social basada en lo colectivo, sino en lo individual. No voy a entrar en si lo que ocurre es que lo deja en manos del llamado Mercado, que podría considerarse un ente colectivo en la medida en que puede tratarse de “una reunión pública de gente” (Esto solo vale para un mercado medieval o para el Rastro.) Hoy día se impone otra de las acepciones que da el DRAE para mercado, y que viene al pelo: “Conjunto de actividades realizadas libremente por los agentes económicos sin intervención del poder público.”
Pero el DRAE es sabio y, como dicen de Dios, aprieta pero no ahoga. La última definición de socialismo puede ser la tabla de salvación dialéctica para el PSOE. Esto es, la de socialdemocracia. Es decir, que para nuestros académicos de la lengua, socialismo es lo mismo (o parecido) que socialdemocracia. Dice así de socialdemocracia:
1.- Disidencia del marxismo, consistente sobre todo en rechazar la orientación revolucionaria de la lucha de clases, y en propugnar una vía democrática hacia el socialismo.
Esta no vale para el caso que nos ocupa pues si bien es cierto que el PSOE, además de disentir del marxismo, rechaza la lucha de clases, no opta sin embargo por ninguna vía para alcanzar el socialismo. Como dije antes, camina (al ritmo que lleva diría que cabalga) en sentido contrario.Pero veamos la segunda definición de socialdemocracia del DRAE:
2. f. Cada uno de los sistemas derivados del socialismo que, al renunciar a la propiedad pública de los medios de producción, aunque no a su regulación y control, tienden a confundirse con el estado de bienestar capitalista.
Esto ya es más complicado y hasta los propios académicos reconocen que la socialdemocracia tiende a confundirse con el estado del bienestar capitalista. Admitamos que el PSOE circula por esta senda, aunque no creo que cumpla el supuesto primero de esta definición: “renunciar a la propiedad pública de los medios de producción, aunque no a su regulación y control”.Pero seamos benévolos con el partido de Zapatero y Rubalcaba, que no parezca que vamos a pillarlo. No le exijamos que cumpla todos los requisitos. Conformémonos con que cumpla al menos uno de ellos. Solo uno. El más facilón. Con ese que le exige a la socialdemocracia, que se confunda con el estado del bienestar capitalista.Para seguir adelante debemos antes, como es lógico, definir qué es eso del estado del bienestar. Menos mal que el DRAE tiene respuestas para todo. Dice así:
m. Sistema social de organización en el que se procura compensar las deficiencias e injusticias de la economía de mercado con redistribuciones de renta y prestaciones sociales otorgadas a los menos favorecidos.
El DRAE subraya que la economía de mercado tiene injusticias y deficiencias, lo cual no es poco. Pero el estado del bienestar, al menos, exige que se compense a los más desfavorecidos con la redistribución de la renta y prestaciones sociales.¿Cumple el PSOE este minúsculo requisito que le exige su presunta adscripción a la socialdemocracia?No parece. Frente a esas reconocidas injusticias y deficiencias que el DRAE da por supuestas que acarrea la economía de mercado, el PSOE responde como un bombero que vierte gasolina en el fuego.
¿Se cometen injusticias? No os preocupéis que yo las agravo, se afanan los dirigentes gubernamentales del PSOE, con Zapatero a la cabeza.
¿Cómo? Así: -Suprime la paga de 426 euros para los parados.-Congela las pensiones y ahora amenaza con reformarlas a la baja.-Recorta el sueldo a los funcionarios-Quiere retrasar la edad de jubilación.-Acaba con la gratificación de 2.500 euros por niño nacido. -Reforma el mercado laboral para que el despido sea más fácil. Medida que quiebra directamente el estado del bienestar al precarizar el trabajo, con lo de inquietud por el futuro que conlleva, además de quebrar el espinazo al movimiento sindical ya que los trabajadores precarios no tienen fuerza reivindicativa por temor al despido fulminante.-Privatiza el treinta por ciento de la Lotería (la joya de la corona en cuanto a beneficio limpio para el Estado) -Privatiza el 49 por ciento de Aena.-Privatiza la gestión de algunos aeropuertos (luego seguirán otros)-Dará entrada a controladores aéreos privados en breve para castigar a los actuales, díscolos, pijos, avariciosos e insolidarios. (¿Quién va a discutir que los privaticen o los despidan? Nadie)-Sube (solo) los impuestos del tabaco, medida de tributación directa que afecta lo mismo a ricos que a pobres.
Muchas de estas medidas las ha tomado después de una reunión con los 37 empresarios más ricos del país. Zapatero dijo que iba a pedirles consejo y compromiso para salir de la crisis. Pero solo recibió órdenes. La oligarquía le puso firmes.
¿Los banqueros allí presentes se comprometieron a conceder créditos a las asfixiadas pequeñas y medianas empresas en lugar de atesorar el dinero? No, padre.
¿Salió de esa reunión una propuesta para incrementar los impuestos a los que más tienen?No, padre
¿Alguien planteó incrementar la lucha contra el fraude fiscal y la evasión de capitales?No, padre.
¿Alguien defendió la existencia de un banco público en lugar de esos engendros que van a surgir de la fusión de las cajas?No, padre.
Y de acabar con los paraísos fiscales o de imponer la famosa Tasa Tobin a los movimientos especulativos de capitales, ni hablar, que es cosa de Bruselas. Aquí solo se trata de cómo dar gustito al eufemismo llamado Mercado, esos que zarandean al estado del bienestar, y que no es otro que la oligarquía representada en España por esos 37 de La Moncloa.
Llegados a este punto debemos responder ya si el PSOE es socialdemócrata, protege el estado del bienestar y, por tanto merece llevar esa S en sus siglas. Para mí que nones, pero que cada cual saque sus conclusiones.
Ahora habría que preguntarse por la O de obrero. La respuesta es sencilla, más que con la S, porque, como todo el mundo sabe, en España no hay obreros, dejaron de existir durante la Transición. Es curioso porque durante el franquismo el régimen los negaba también. Solo los obreros se llamaban a sí mismos obreros. Los jerarcas, el sindicato vertical y los medios de comunicación de entonces hablaban de trabajadores o empleados. Un titular así sería impensable entonces: “Dos obreros muertos en accidente laboral”. La censura lo hubiera cambiado inmediatamente por este otro: “Dos operarios se caen de un andamio”.
Durante la Transición española los obreros proliferaron como setas en los sindicatos, las manifestaciones y los mítines. Pero luego, en un punto indeterminado de los gobiernos socialistas de Felipe González, se esfumaron de nuevo. El estado del bienestar no admite que haya obreros, solo trabajadores. Además, al obrero hoy día no le gusta que le llamen obrero (qué diferencia con el franquismo, donde el obrero gozaba tildándose de tal). Le parece denigrante, vejatorio. Hoy hay operarios de grúa o técnicos del ladrillo y la paleta. Pero nunca obreros porque un obrero no vería jamás Telecinco, ni se compraría el último todoterreno de Hyundai, y mucho menos haría cola en la puerta de El Corte Inglés para adquirir el nuevo modelo ipad, iphone, blackberry, Xbox, PS3, Nokia, etc.Pero, en el fondo, el PSOE no tiene toda la culpa de haberse alejado del socialismo ni de haber dejado de representar a unos obreros inexistentes en virtud del oportunismo político. Debería llamarse Partido del Oportunismo Español (POE). Se quedaría sin S, pero mantendría la O, aunque con un nuevo significado. Pero, como digo, la culpa no es toda del partido. Subyace un problema ideológico, pero eso lo dejamos para el siguiente post.
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