No lo sabía

Por Siempreenmedio @Siempreblog

No lo sabía, no tenía ni idea, pero se estaba perdiendo lo más interesante de la vida. Él jamás lo habría advertido pero cada vez que sacaba las llaves del arranque del coche, y este desconectaba el suministro eléctrico al aparato transistor, sonaba en la emisora de radio aquella canción magnífica, del grupo revelación del momento, que había escalado todos los billboards de los países más importantes. Él no la escucharía, porque cuando arrancara de nuevo y el dispositivo volviera a sonar aquel tema ya habría finalizado.

Y así con todo. Su existencia era ignorante y desconocedora: cambiaba la vista de la pantalla para mirarse un pie justo en el momento en el que se veía la escena tórrida de la película. En el paseo nocturno con el perro, le llamaba la atención un papel tirado en la acera y al fijarse en él quitaba su atención de la bóveda celeste en el justo momento en el que un asteroide cruzaba de este a oeste la atmósfera, dejando la estela más luminosa de las que se han producido en los últimos 50 años. La chica que podía ser el amor de su vida siempre pasaba por la parada de guaguas de enfrente de su casa, cuando la 357 aparecía en la estación y, curiosamente cuando él se asomaba para tirar la colilla de las 16:21, su presencia quedaba oculta por la muralla verde de tremendo vehículo...

Y mientras todas las cosas interesantes se le iban ocultando, detrás de la casualidad, él sonreía feliz, ignorante de las maravillas que se estaba perdiendo. En su desconocimiento de tantas cosas rezumaba, no obstante, un placer profundo y ancestral plagado de irresponsabilidad involuntaria. Incluso un día dijo: ¡qué suerte tengo! ¡es muy bonita mi vida!

Cunado miraba por la ventanilla ya lo más interesante había quedado atrás...