Por: Ernesto Calvo Gabriel Kessler Maria Victoria Murillo Gabriel Vommaro
A los seguidores de Javier Milei los une algo más que el descontento y la bronca. No son votantes simplemente enojados, que protestan por la actual situación del país. El electorado libertario adoptó una identidad de derecha definida. En muchos aspectos camina de la mano con el electorado PRO. Pero también tiene una grieta propia: la de género, que se acentúa entre los jóvenes.
Hasta el momento, sabíamos que había un sesgo joven y masculinizado entre las y los ciudadanos que votaron a Javier Milei. Una nueva encuesta nacional y representativa realizada en el marco del proyecto POLDER muestra que sus puntos de vista no son meramente reactivos ante la situación de crisis que caracterizó el fin del mandato de Alberto Fernández. Se autoidentifican de derecha, tienen claras preferencias pro-mercado, creen que aumentar los impuestos es contraproducente para generar trabajo y que las ayudas sociales sólo son tolerables por un tiempo. En el actual clima de secularización y modernización cultural, estos electores tienen posiciones conservadoras. Tienden a pensar que los cambios en materia de derechos de género y diversidad sexual han sido excesivos y que han avanzado demasiado rápido. El perfil dominante que encontramos en los medios de comunicación y en las redes sociales en estas semanas presenta a los libertarios como desinformados, poco comprometidos ideológicamente y con preferencias que son sustantivamente distintas a las propuestas por el gobierno en su Ley Ómnibus y el mega decreto. Sin embargo, lo que los define no parece ser su desconocimiento, sino su acuerdo con lo que Milei propone. Además, no están solos. En los temas mencionados, casi no hay diferencias en las posiciones de los votantes de la derecha mainstream y de la derecha radical. Pero la derecha tiene su grieta: las preferencias de sus votantes están divididas por género.
Un contundente giro a la derecha
Cuando comparamos a los votantes de Milei con los de las demás opciones electorales (figura 1) no hay sorpresas en sus distancias con los votantes peronistas (quienes eligieron a Sergio Massa en 2023) y de izquierda (quienes votaron por Myriam Bregman en las últimas presidenciales). Los electores de Milei están 1.3 puntos a la derecha del votante mediano (4), una magnitud comparable a la posición de Bregman hacia la izquierda.
En todos los temas señalados los votantes de peronistas y de izquierda se parecen bastante entre sí (aunque los últimos tienden a tener, como es de esperar, posiciones más de izquierda que los peronistas) y están en el otro extremo del espectro.
Figura 1: Ideología, por partido y género
Nota: Encuesta Nacional Electoral, 18 al 26 de diciembre, 2023. La línea roja describe al votante mediano de la muestra, ubicado en el centro (4) de la escala ideológica (1-7). Si bien el votante mediano se auto-posiciona en 4, el votante promedio es 4.3, resultado de la sobre-dispersión del votante argentino hacia la derecha.
Figura 2: Nivel de acuerdo con la velocidad de los cambios en materia de derechos de género
Nota: Encuesta Nacional Electoral, 18 al 26 de diciembre, 2023. La línea roja describe el centro (2.5) de la escala (1-4).
Figura 3: Nivel de acuerdo con que más impuestos tiene como consecuencia menos trabajo
Nota: Encuesta Nacional Electoral, 18 al 26 de diciembre, 2023. La línea roja describe el centro (3) de la escala (1-5).
Los votantes de Milei están muy cerca de los votantes de Patricia Bullrich, como se puede ver en las figuras 2, 3 y 4, que presentan respectivamente visiones sobre la velocidad del avance de derechos de género, el impacto de los impuestos sobre el empleo, y el apoyo a los planes sociales. Tanto en temas distributivos como en temas de género las posiciones de los votantes de La Libertad Avanza (LLA) y de Juntos por el Cambio (JxC) tienden a ser, en promedio, muy similares. También se acercan en algunos tópicos a los votantes de Juan Schiaretti, aunque estos últimos son menos conservadores en materia cultural. Se entiende mejor así que los votantes de estas dos fuerzas hayan acudido tan masivamente a apoyar a Milei en la segunda vuelta de las presidenciales de 2023.
Todo indica que en la Argentina actual emerge un electorado de derecha más amplio y definido, que aglutina a la derecha alternativa (LLA) y la derecha mainstream (JxC). Es necesario tener en cuenta esto a la hora de pensar cómo reacciona la sociedad frente a las diferentes medidas de gobierno. Ciertamente, los votantes de Milei se perciben más a la derecha que los de Bullrich, pero se trata de diferencias poco significativas.
Figura 4: Nivel de apoyo a la distribución de ayuda social
Nota: Encuesta Nacional Electoral, 18 al 26 de diciembre, 2023. La línea roja describe el centro (2.5) de la escala (1-4).
La grieta, lejos de haberse atenuado con la llegada de Milei, se vuelve más profunda. Su irrupción termina de volver más nítida ideológicamente la oferta de derecha y eso parece tener correlato en los votantes, más alejados de los votantes peronistas y de izquierda.
El apoyo a Macri en 2015 no era del mismo tipo. A sus votantes los unía el rechazo al kirchnerismo, pero sus preferencias eran heterogéneas. Desde entonces, los contornos ideológicos de los votantes de JxC se precisaron. Su rechazo al peronismo kirchnerista se asentó en claras preferencias conservadoras, como muestran los datos que aquí presentamos.
Milei se asentó sobre esa base ideológica para ganar apoyos en la segunda vuelta. Al mismo tiempo, la “normalización” de Milei, es decir su aceptación por parte de la derecha mainstream, es también su incorporación a esa polarización sostenida, que alcanza a la sociedad argentina desde hace más de una década.
En otros países donde se produjo el ascenso de derechas radicales tuvieron lugar fenómenos similares. En Estados Unidos, Trump no produjo la polarización ideológica a nivel de la sociedad, pero la acentuó notablemente. En Brasil, Bolsonaro se apoyó para llegar al poder en un antipetismo que él no había creado pero que se volvió la base de una identidad, y de ese modo logró atraer a los votantes que abandonaron a los partidos de derecha tradicionales. La Argentina de Milei parece ir en una dirección similar.
Las mujeres y los jóvenes
Los gráficos anteriores también permiten observar otro fenómeno destacado del electorado de derecha: los varones que votan a LLA y JxC son, en promedio, sensiblemente más conservadores que las votantes mujeres tanto en materia cultural como distributiva. A la derecha, entonces, hay una grieta propia: la brecha de género.
Figura 5: Ideología (promedio) por edad
Nota: Encuesta Nacional Electoral, 18 al 26 de diciembre, 2023 (1).
Para entender la brecha de género, es importante enfocarse en las diferencias generacionales, que abarcan al electorado en general (como muestra la figura 5). En el segmento de 18 a 25 años, los votantes en general se posicionan en promedio un punto más a la derecha que las mujeres de esa franja de edad, diferencia que no se observa en otras cohortes etarias.
La cuestión generacional ha sido históricamente objeto de interés en la política argentina. Los casos de juventudes contestatarias que imprimen su sello al tiempo histórico son numerosos. Ahora, la generación imprime su sello al giro libertario, pero lo hace en intersección con el género: en la actualidad, los hombres jóvenes son el núcleo más intenso del giro a la derecha que vive Argentina. Esta diferencia no es exclusiva de este país.
La grieta ideológica entre varones y mujeres de la llamada “Generación Z” (menores de 30) crece a lo largo y ancho del planeta: en Estados Unidos y Alemania, las mujeres son 30 puntos porcentuales más progresistas que sus pares varones; en Inglaterra, la diferencia es de 25 puntos. Tendencias similares se registran en países como Polonia, Corea del Sur, China o Túnez. Las divergencias incluyen otros temas, como justicia racial e inmigración.
En definitiva, en los últimos años se acrecentó la diferencia de posiciones entre hombres y mujeres jóvenes a niveles desconocidos para los estudios de opinión. Ser hombre y menor de 25 años es hoy en Argentina -como en otras latitudes- un muy buen predictor de conservadurismo. La juventud se rebela contra el mainstream cultural progresista, pero también hay una experiencia sesgada por el género que debemos pensar, y que probablemente haga de las relaciones intra-generacionales un mundo complejo que será asunto no sólo de los estudios políticos, sino también de la psicología.
Lo que une a los electores de Milei es más que el descontento y la bronca, así como lo que los acerca a los votantes de JxC es más que el antiperonismo. No sabemos si este viento de cambio será durable, ni cómo impactarán las medidas de gobierno y sus efectos en este electorado. Pero si tenemos dos evidencias significativas: Milei es una profundización de la polarización política en Argentina, por lo que su irrupción está anclada en divisiones más profundas que una crisis coyuntural; al mismo tiempo, sabemos que las experiencias políticas juveniles son formativas y tienden a perdurar en el espíritu de una generación, por lo que los hombres de menos de 25 años forjan unas marcas biográficas que seguramente tendrán efectos en el futuro. Lo que vuelve aún más inquietante la pregunta de cómo podrán convivir los diferentes géneros en un mundo en el que las/los jóvenes tienen todo por delante, pero también una creciente grieta que los separa.
Ernesto Calvo Gabriel Kessler Maria Victoria Murillo Gabriel Vommaro