No me des consejos, sé equivocarme solo

Por Falcaide @falcaide
Esta frase de Pitigrilli (seudónimo de Dino Segre, 1893-1975) me la dijo hace algunos un broker con más de 30 años de experiencia en los mercados financieros: "No me des consejos, sé equivocarme sólo". Sobre economía y bolsa, casi nadie sabe nada, porque del futuro casi nadie sabe nada. Y es que cuando llegan las crisis (que entran sin llamar a la puerta) no se salva ni el Tato; y es que como ya dijese el irónico Woody Allen, "sólo cuando baje la marea veremos quién estaba nadando desnudo"; o como Aristófanes afirmó: "En las adversidades sale a la luz la virtud".
Cuando la Bolsa sube, los analistas se cuelgan medallas y se creen que saben mucho. Es la soberbia del éxito. Cuando los mercados están de capa caída, no cogen el teléfono, o están en una reunión, o están en el cuarto de baño. Curioso, ¿no? Hace uños años cualquiera que montase una inmobiliaria ganaba dinero; la inercia del mercado permitía hacer caja; franquicias como setas en cualquier esquina. Ahora, después de unos años de sequía sólo sobreviven unas pocas. No es difícil hacer dinero si uno identifica la corriente del mercado y tiene la valentía de subirse a ella.
Una de las cosas que uno descubre en el mundo de las inversiones es que cuando uno sabe mucho, no se dedica a asesorar a nadie sino a ganar para él. Es lógico. Por eso no es casualidad que Warren Buffet dijese que Wall Street era el único sitio donde había gente que iba en un Rolls Royce a pedir consejo de inversiones a personas que iban en metro. 
Algo parecido sucede en la vida. Se ha dicho con cierta chanza, que el que sabe hacer algo, lo hace, y el que no, se dedica a dar clases. Bastante (no del todo) hay de cierto en esta afirmación. Quien sabe de negocios y de crear empresas, las crea y gana dinero con ellas. De igual modo que el que sabe ganar dinero en los mercados se dedica a ganarlo para él y no a decirles a otros cómo sacar rentabilidades (ver post Borrachos de teoría).
Hace algunos meses comenté la noticia de que la escritora coreana de libros de autoauda, Choi Yoon-Hee se había suicidado. 20 libros sobre la felicidad tenía escritos y era una celebridad. En casa de herrero cuchillo de palo, dice el refranero.
Hoy mismo Tony Blair, que anda por España, decía en Expomanagement que "es más fácil dar opiniones que tomar decisiones". Así es. Dicho de otro modo más coloquial y con menos pompa: "Una cosa es predicar y otra dar trigo".  
Una vez José Medina, Presidente de España y Portugal y Miembro del Comité Ejecutivo Europeo de la firma de head-hunting Odgers Berndtson, me decía: "No des consejos después de los 40 años ni aunque te los pidan. Si piensas que la experiencia te sirve de mucho, no te lo creas del todo. ¡Te habla la voz de la experiencia, que a veces la siento como una mochila llena de piedras!".
Ni tanto, ni tan calvo, pero habitualmente nos pasamos a la hora de sermonar. Ya saben: "La mejor manera de decir es hacer". O como apuntaba Benjamin Franklin: "Bien hecho es mejor que bien dicho". Sobran conferenciantes y faltan emprendedores... Como el economista Shumpeter advirtió hace ya algunas décadas: "El grado de desarrollo de una nación depende de su capacidad de asumir riesgos"... Hoy mismo en el blog dejábamos la siguiente noticia: España ya alberga más empleados públicos que comerciantes y hosteleros.