¿Qué hace que el timbre de voz sea de una manera determinada?
Hay varias cosas que pueden afectar al timbre de voz, pero lo que más repercute es la morfología de la persona.
El largo y ancho de nuestras cuerdas vocales, así como las cavidades naturales que se forman en nuestra boca y cuello, hacen que nuestra voz tenga uno u otro timbre.
No sé si te habrá pasado alguna vez, la verdad es que a mi me ha pasado un montón de veces que alguien ha confundido mi voz con la de mi madre o mis hermanas. Esto no es de extrañar, ya que físicamente también nos parecemos bastante.
Esto nos dice que la genética tiene mucho que ver en cómo va a ser el timbre de nuestra voz. Además, aprendemos a hablar imitando, por lo que tampoco es de extrañar que adquiramos las entonaciones de nuestros padres.
¿Por qué digo entonces que se puede ejercitar el timbre de voz?
A pesar de que sea sobretodo producto de nuestra configuración física y educacional, sin saberlo podemos estar cambiando el timbre de voz para cantar, haciéndolo diferente al que utilizamos para hablar.
Si te fijas, hay personas que cuando cantan son muy fáciles de reconocer, puesto que sus voces hablada y cantada se parecen mucho entre sí.
Sin embargo hay otras personas que cuando cantan parecen otras, porque al prepararse para cantar, cambian algo en su interior para que sus voces suenen distintas.
Si una persona puede cambiar algo en su interior para que su voz suene distinta, tiene mucho sentido que se pueda ejercitar el timbre de voz para hacerla sonar como quieres, ¿no crees?
No obstante, la idea feliz y lo más sano es que tu voz hablada y tu voz cantada suenen como deben y que se parezcan entre sí.
¿Qué puede estar afectando a tu timbre de voz para que no suene como quieres?
Muchas veces este cambio en nuestra voz cantada es a peor o totalmente incontrolable. Los motivos que pueden estar produciendo esto son diversos:
#1: Tensión en la mandíbula:
Hay más personas de las que piensas que tienen tensión en sus mandíbulas, tanto al hablar como al cantar. Esto hace que el sonido no salga todo lo fluido que quieren.
Lo peor de todo es que también les puede producir otros inconvenientes físicos (por ejemplo tener que dormir con una prótesis dental).
#2: Tensión en la lengua:
La lengua también es un enemigo muy común. De hecho, en las notas agudas es muy frecuente que la raiz de la lengua tienda a alzarse, como queriendo alcanzar la nota.
El timbre de una voz con tensión en la lengua es como engolado, incluso llega a dificultar la dicción y puede ser que no se oiga a un volumen normal, sonando mucho más apagado de lo que debería.
#3: Tensión en la laringe:
Finalmente, encontramos la reina de corazones de las tensiones. La tensión en la laringe es la que más hace variar el timbre de nuestra voz, ya que su posición puede hacer variar el largo y ancho de nuestras cuerdas vocales, así como cambia el espacio que actúa como resonador.
Con nuestra mandíbula, lengua y laringe relajadas nuestro timbre de voz debería sonar exactamente como es en realidad.
Para ejercitar el timbre de voz es necesario poner una atención especial en detectar si tenemos alguna de estas tensiones y si es el caso, eliminarlas con ejercicios.
#4: Aducción cordal incorrecta:
Esto simplemente quiere decir que tus cuerdas vocales no se están juntando de manera correcta. Puede ser que se estén juntando demasiado o puede ser que no se junten lo suficiente.
En cualquiera de los dos casos esto es perjudicial para ti. Si se juntan demasiado te va a resultar mucho más difícil modular tu voz para que no suene monótona, mientras que si se juntan poco, tu voz va a ser más frágil y menos potente.
En ambos casos existe el riesgo de padecer nódulos en las cuerdas vocales.
¿Cómo puedo ejercitar el timbre de voz según cada caso?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de ejercitar el timbre de voz es si nuestra voz hablada suena igual que nuestra voz cantada.
Generalmente, salvo en casos muy raros, es importante partir de la base de que tu voz hablada está más libre de tensiones que tu voz cantada, ya que al utilizarla ejercemos muchísima menos presión de aire que cuando cantamos.
Esto no quiere decir que tu voz hablada sea correcta, pero por lo menos nos servirá como punto de partida para ejercitar el timbre de voz.
De hecho, recuerdo que mi voz hablada cambió mucho cuando empecé a ejercitar el timbre de voz para cantar.
Yo siempre había tenido una voz muy fina y apenas audible. Mi problema era una combinación de tensiones y muy poca aducción cordal. El problema era mucho más evidente en mi voz cantada que en mi voz hablada.
Ahora tanto mi voz hablada como mi voz cantada suenan mucho más potentes y con más volumen.
Ya comenté algunos ejercicios para eliminar las tensiones en la mandíbula y la lengua en el artículo sobre los málos hábitos.
Contra la tensión en la laringe, es importante averiguar qué es lo que estás haciendo exactamente. ¿Está subiendo tu laringe o está bajando demasiado?
Lo que hemos de hacer para ejercitar el timbre de voz eliminando la tensión en la laringe es contrarrestar lo que nuestra laringe esté haciendo.
Si la estás subiendo, prueba a bostezar mientras hablas. Puedes ejercitar el timbre de voz haciendo escalas con este sonido para que tu cuerpo se acostumbre a producir sonido con la laringe abajo en lugar de arriba.
El caso contrario es muy raro, pero se trata de dejarla relajada, sin apretarla. Puedes intentar imitar el maullido de un gato, ya que es muy difícil hacer ese sonido con una laringe baja.
Este último ejercicio te servirá también si tienes poca aducción cordal, ya que de regalo, ese sonido ayudará a que tus cuerdas vocales se mantengan juntas.
Si tienes demasiada aducción cordal, puedes ejercitar tu voz con consonantes fricativas como la “F”.
En conclusión, te diré que es muy difícil ser objetivo con tus problemas vocales, puesto que no te escuchas de la misma manera que tu voz suena fuera de tu cuerpo.
Es muy recomendable que un profesional de la voz te ayude a distinguir qué está causando que tu voz no suene como quieres y que te ayude a ejercitar el timbre de voz.
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