No me gustan los lunes, especialmente cuando te pones a ojear las noticias del videojuego (las otras mejor ni mirarlas) y no encuentras siquiera algo con lo que llevarte las manos a la cabeza (ya sea por alegría o indignación) porque las compañías están tan inmersas en contar las ganancias de esta época que en contentar a los jugadores. Tras el aluvión del fin de semana pasado entre The Games Awards y PlayStation Experience hemos tenido una semana muy sosa en cuanto a información, y venir a hablar sobre si Rise of the Tomb Radier saldrá en PS4, PS3 o Atari 2600 ya me cansa, es por eso que esta semana voy a poner mis miras en otro punto. Un artículo de la edición inglesa de Eurogamer me ha hecho recapacitar sobre nuestra propia prensa del videojuego, y si me lo permitís lo voy a compartir con vosotros.
Lo primero debo aclarar que un servidor, como tantos otros en este mundillo, no es periodista, ni estudio para ello ni pretendo hacerme pasar por tal. Sólo soy un jugador como tú que lees este artículo, con la salvedad que me he atrevido y me han permitido divagar sobre el hobby que nos une. Esto no quiere decir que no existan periodistas como tal y muy buenos por cierto, pero la inmensa mayoría no lo somos (otra cosa son los que sí pretenden serlo). Dicho esto me podrán llamar intruso, lo cual asumo con total naturalidad hasta el punto de sentirme como tal.
Como segundo vengo a criticar una práctica que yo mismo llevo a cabo, los denominados análisis. ¿Por qué los llamamos como tal si no hacemos ningún tipo de análisis? Es decir, un análisis se basaría en una reflexión profunda y técnica sobre el propio videojuego en sí, sus apartados a nivel de desarrollo, funcionamiento de su programación, es decir ir más allá de si un juego tiene bugs o si va a tal o cual resolución, y os puedo asegurar que mi conocimiento (y el de tantos otros) sobre desarrollo de videojuegos es nulo. Entonces llegamos a la conclusión de que deberíamos hablar de crítica de videojuegos, ya que en definitiva lo que hacemos es contaros si nos ha gustado o no y que aspectos importantes e interesantes puede tener. Y por supuesto olvidarnos de la objetividad, criticar algo siempre queda sujeto intrínsecamente a la subjetividad del que critica. Aceptemos por tanto que en la prensa del videojuego partimos de una base que está erróneamente mal denominada y a la que se supone algo imposible como es ser objetivo cuando hablamos de gustos.
El tercer punto a aclarar es hasta donde debe llegar la prensa del videojuego, ¿cuál es nuestro límite? He aquí donde vengo a “denunciar” aquello que me ha llevado a esta ligera reflexión, os pongo en antecedentes: hace unos días la publicación inglesa de Eurogamer.net realizaba un artículo donde se daban 5 razones por las que no había que realizar la reserva de The Order 1886. Me indignó en cierta forma el hecho de que una publicación tome partido en la decisión de un comprador con respecto a un producto, tal vez nuestra meta debería ser ceñirnos a dar unas impresiones (crítica que no análisis) y dejar al usuario deliberar sobre su decisión pensaba yo. Pero no amigos, repasando mentalmente algunos artículos recientes recuerdo especialmente como antes del lanzamiento de las actuales PlayStation 4 o Xbox One se publicaban vídeos en diferentes webs donde sus redactores te “vendían” literalmente una u otra consola con un unboxing de lo más comercial posible. O tal vez recordéis al amigo Geoff Keighley, el mismo que hace unos días premiaba a los juegos del año, vendiendo Doritos, Mountain Dew y Halo en el mismo saco. No digo yo que ganarse unas perrillas esté mal (a nadie le amarga un dulce), pero tras esto deberás soltar la bandera de la imparcialidad y la objetividad, no solo porque una u otra compañía pague la publicidad de tu web (olvidaros de maletines) sino porque aunque no recibas “cariño” siempre serás más próximo a una u otra marca, saga o desarrollador por una simple cuestión de gustos. Y por supuesto queda siempre sujeto al lector la capacidad de dilucidar por sí solo lo que debe o no comprar sin dejarse influenciar ni aconsejar por lo que tal o cual redactor, web o revista le diga, creo que a día de hoy tenemos como comprador la suerte de contar con los suficientes argumentos para ello. Aún así, insisto no debería ser nuestro propósito aconsejar ni orientar sobre que debéis comprar, solamente informar y contar nuestra experiencia.
El cuarto y último punto viene intrínseco a los dos anteriores, ya que tratar el conflicto de interés existente entre prensa, distribuidoras y desarrolladoras es inherente a los análisis y la influencia que se pueda causar en el usuario. Creo que a estas alturas de la película a nadie se le escapa que la prensa del videojuego “comemos” de la publicidad que hay en cada web, y que a ninguna empresa de publicidad le interesa poner anuncios de calcetines o punto de cruz en una web de videojuegos. Por tanto nos queda que las webs vivimos de anuncios de las propias compañías a las que tenemos que criticar y de las que dependemos para poder hacer lo propio con sus juegos. He aquí donde llega la dificultad del asunto, ya que si hablas bien de cierto juego lo harás porque estás comprado y si lo pones por los suelos será que te llevas mal con ellos… ni una cosa ni la otra, más bien debemos leer cada crítica como la opinión personal y subjetiva del redactor de turno. El problema de base viene cuando una compañía envía algo más que la simple copia de prensa a la web para realizar su trabajo, las ediciones coleccionista o merchandising vario no son necesarios para ello. Pero no se queda al margen cuando le retiran la publicidad porque la nota no era la esperada en determinado juego. Todos son indemostrables por supuesto, y es vuestra “obligación” como lector escoger aquel redactor que os sea afín a vuestro gusto como jugador sea de la web que sea y por supuesto ahondar en su texto y no quedaros con el número que aparece resaltado que sólo sirve para tener visibilidad gracias al criterio de Metacritic (el cual en nuestro lugar ni nos va ni nos viene por cierto).
En definitiva ni la prensa del videojuego es un mercadillo persa donde las compañías vengan con la chequera a comprar las notas, ni somos gurús de nada ni debemos venderos la moto y por supuesto la palabra de un redactor no debe ser la única verdad. Queda a vuestra libre elección hacer con vuestro dinero lo que os venga en gana y que nuestras publicaciones sean solo un apoyo para vuestra decisión y no una imposición.
PD.: Como rezaba el anuncio de Colón, busque, compare y si encuentra algo mejor, compreló.
PD2.: Colón, ni ninguna otra empresa de detergentes ha realizado desembolso en la cuenta corriente de este redactor.