¡No me quiero coger al gordo!

Publicado el 21 abril 2011 por Mugen

Ingentes cantidades de juegos se sienten en la necesidad de incluir a un gorderas, obesos inútiles o rusos sobremusculados que sólo valen para ser machacados de las formas más absurdas. Lentos, toscos e inútiles ¿Gorditos para incluir diversidad?


 

Cuanta más grasa, mejor se pasa

El primer gordo (al menos en mi vida) fue Zangief, el conocido como “el ruso gordo” (aunque por los colores de su traje y el pelazo es ochochientas veces más español que Vega) y si uno mira la pantalla de selección de aquel Street Fighter 2, se da uno rápido cuenta que está ahí para poder dar soporte a todas las minorías que se suponían en la época en los temas del fighting. Siendo siempre mayoritariamente masculino el plantel, era fundamental incluir a una chica, a un monstruo (el colectivo monstruil también tiene su corazoncito) y, sí, a un rollizo luchador. Las partidas contra estos últimos se reducían a salto, patada y a otra cosa. Zangief, sí, era grandote, pero por lo menos era un tipo discreto.

Con el avance de los tiempos, uno se da cuenta que diseñar personajes tópicos de videojuegos debe ser, por lo menos, algo tedioso y los diseñadores necesitan pagar sus frustraciones con alguien. Como son conscientes de que algún gordo hay que meter, pero nadie se lo va a coger ¡¿Qué mejor que pagarlos con ellos?!

Mi mamá siempre me ha dicho que soy el más guapo

Me parece a mí que por ahí nació “Earthquake” personaje orondo (os vais a aburrir de ver sinónimos de gordo en este artículo) que ¿Qué mejor que pintarle la cara, ponerle un ridículo trapo rosa a juego con sus tatuajes y ponerle enseñando tripa… ¿Por qué esto último? ¿Por qué enseñando tripa? ¿Realmente hace falta llevar un cartel en el ombligo que ponga ¡¡¡¡GOOOORDO!!!? No es lógico, yo al menos me habría tapado esas tetas de hombre… ¿Y el trasfondo? ¡Un ninja tejano! Nada puede fallar

Por supuesto, también había un monstruo verde feo de cojones que, por cierto, el autor de “Rurouni Kenshin” (o samurai X o el guerrero samurái, como queráis) era gran fan de esta saga de juegos de lucha y… bueno, no pocas veces buscaba inspiración en sus aficiones

¡Papá!

Siguiendo con esa copla, nos llega Jack Turner de la saga Art of Fighting. Aquí ya se intenta rebuscar en el imaginario de la “gordura” ¿Donde puede haber fatties (tiramos del inglés para no repetir)? Pues obviando cocineros, pensemos en ¡motoristas! Claro, los motoristas son gordos, así que todo cobra sentido; aunque, de nuevo, la mala baba de los diseñadores vuelve a aparecer a modo de trasfondo. Resulta que Jack era el líder de una banda de motoristas llamados los Neo Black Cats. En la segunda parte del juego, Jack lucha por recuperar su liderazgo perdido con el fin de transformar su panda de motoristas en… ¡un grupo de baile! Moviendo las carnescas, chica disco

Un, dos,tres, cha-cha-cha, un, dos…

Pero los tiempos cambiaron, los gordos dejaron de ser un grupo de personas adorables y simpáticas. La gente de mejillas rollizas ocuparon puestos importantes en compañías de éxito y todo cambio. Zangief esquivando hondas y metiendo unas hostias del copón, Honda desfasadísimo incluso aunque uno se cubra de sus embestidas, el puto Chang de King of Fighters solucionando partidas con la pulsación repetida de un botón… ¡Gordos al poder debieron decir! ¡Basta ya de ser unas criaturas pútridas y denostadas! Tanto es así que la cosa dio la vuelta: enfrentarse a Hulk no es ninguna tontería en Marvel vs Capcom 3 e incluso Magneto, un enemigo que roza el sobrepeso está overpowered en el 2 y échale huevos a acercarte a Zangief en el SSFIV.

¿El fin de los gordos simpáticos?

Y así estamos ahora, con planteles seleccionables donde hasta el más rellenito te puede dejar con la barra temblando, entonces… ¿Se acabaron esos risueños y risibles personajillos? ¡No amigos! Siempre nos quedará la vuelta del simpático y redondito Sonic de los noventa (¡que viene de nuevo a nuestras consolas!)… que cuando no come tiene cara de enfadado y no gusta.