Esta tarde me he sorprendido a mí mismo pensando en que, muy a mi pesar, nunca he sido lo que llaman un "moderno".
¿Y qué es un "moderno", os preguntaréis, en estos tiempos vertiginosos, multimedia y variopintos en los que ya hemos visto de todo? ¿Alguien que se pone piercings hasta en la córnea, se tatúa un tribal en las palmas de las manos o se lima los dientes con papel de lija para parecer un ofidio?
¿Un tipo o tipa que se viste con plataformas de gamuza, jeans, camisas vintage, collares con dijes y gafas grandes de esas horteras que apenas dejan ver un poco de piel del rostro... y que luce un mp3 con incrustaciones doradas para escuchar el último LP de Mika, por ejemplo?
- Para un moderno no tiene sentido vivir con arrugas, celulitis o sin una Blackberry a mano. El manual del buen moderno dice que hay que intentar ser/parecer siempre joven y estar actualizado constantemente.
- Frecuenta habitualmente restaurantes japoneses y pide siempre sushi. También le van las vinotecas y, sobre todo, esos locales fashion donde tú llevas la botella de vino y ellos te cobran un pastón por descorchártela. Si te lo llevas a ese local del barrio con mantel de cuadros verdes para tomar unas raciones de chicharrones y jamón se autodestruyen. Están programados para ello.
- El buen modernete va customizado los lunes con unos Converse envejecidos con pantalones pitillo y últimamente se peina con tupé-retro, como los alemanes esos revival que cantan "umbrella".
- Van a todos los conciertos de Belle & Sebastian, al Sonar y frecuentan cócteles de festivales de Cine periférico e indie. También se pirran por dejarse ver por las inauguraciones de algo, de lo que sea, aunque cuelguen jamones fluorescentes de las paredes firmados por un yonqui psicótico y ágrafo.
- Les gusta alardear de su elaborada androginia y adoptan una actitud cool incluso para decirte la hora o si le preguntas dónde puedes comprar pan con pasas para hacerte un bocata anchoas.
- Les encanta Berlín, aunque no hayan estado nunca. Berlín es la ciudad más fashion del ancho mundo. Tiene locales de música industrial y la gente allí se viste de negro por las noches y lleva tatuajes hasta debajo de la lengua.
- Estos flamantes bigardos siempre van a la última. Son esclavos de las new tendencias. Si estamos a jueves, lo del lunes ya está como "out", "obsolet"... igual el lunes estaban de moda los piercings en el escroto y era lo más "IN" lucirlo, pero el jueves como continúes llevando esa perla en la envoltura testicular te compararán con el Paco Martínez Soria de "El Turismo es un gran invento".
- Desde hace algún tiempo los modernos llevan como complemento un perro o alguna comadreja tipo hurón. El bulldog francés suele ser el can. Un moderno sin bulldog francés es como un filólogo escribiendo "aciendo el hindio".
Duele a la vista. Algo falla.
- El moderno modelo nunca veraneará en la casa del pueblo de sus abuelos en Retortillo a comer los chorizos de la matanza con su pashmina puesta y su Tablet Apple a cuestas. Lo suyo es Berlín o Japón. Los alemanes y los japoneses son la rehostia en esto de la modernidad. Referentes mundiales.
- Sólo consumen tecnología Apple. Ahora con el Tablet están que no mean. Apple es lo más.
- Les gusta lucir "piel de monja" y estar en los huesos(léase Mario Vaquerizo, está blanquito y cadavérico). Los vigoréxicos y tanoréxicos entre los modernos vienen siendo lo que los antiguos punkis de crestas mohicanas de colores al verdadero punk tipo País Vasco de imperdibles oxidados que escuchaba Eskorbuto. Una estafa.
- Tienen piercings, perforaciones y tatúas para enseñar en los festivales de verano. El piercing en el labio y la ceja todavía no ha pasado de moda. Los tatuajes de su nombre en japonés o chino tampoco.
- Los futbolistas que salen por la televisión, Bowie, los japoneses, las pintas de los Bohemian Chic o urban fashion de las pasarelas... son los modelos a seguir por el moderno, que prioriza siempre el continente ante el contenido y por eso tiende al disfraz y a ese dinámico aturdimiento de las tendencias.- etcétera.
Pues eso, amig@s, que lamentablemente todavía algunos pertenecemos a esa tribu global de los que nos vestimos con lo que pillamos en las rebajas del Pull&Bear; de los que nos parecemos más a Alfredo Landa que a Bowie y disfrutamos en las verbenas del pueblo viendo a La París de Noia o a Barón Rojo.Comemos queso de berza en las tascas, no tenemos piercing de anillo en el labio o de perlita en la lengua, bebemos la cerveza por la botella, si vamos a La Toja traemos algún Recuerdo de esos de conchas, y además carecemos de la sofisticación y el tiránico glamour que supone el hecho de pretender estar siempre "IN", a la moda y ser tendencia.Clásico a mucha honra. Algunos dicen que el moderno es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano. Lo que está claro es que estar a la última requiere tiempo, energía y mucha dedicación, sacrificio éste al que muchos no estamos dispuestos sin ningún tipo de contraprestación a cambio.Pues va a ser.Saludos de Jim, gente fashion.