No me toques

Publicado el 03 septiembre 2014 por Javier Marcos Angulo @clamorsegovia
He sentido algo raro que creo no haber percibido desde hace mucho tiempo.  A una persona (pensé para mi que lo hacía por cortesía o educación) le toqué con mi mano el brazo para que pasara delante de mi al interior de un local.
Aparté la mano de inmediato cuando oí: 'no me toques' y no sé por qué pero pensé en ese 'señor', un tal De la Riva, a la sazón alcalde de Valladolid, que al parecer tiene fijación con los sostenes.
No sé si se han alterado las cosas desde que este individuo está en los medios de comunicación o como decía una modelo en su momento 'está en el candelabro'.
De verdad que sentí un ridículo enorme, cuando me dijo 'no me toques'. Al principio, creí que era una broma o algo parecido, pero no, luego constaté cuando le pedí perdón, que seguía con una mirada iracunda y agarrotada como si le hubiera visitado el miedo de repente.
Me miré en un espejo que había en dicho local por si tuviera alguna señal maligna o me había arreglado mal la barba. Confieso que ese día estaba recién duchado y limpio como una patena, pues es mi forma de estar en este mundo.
Debe de ser por los años que estoy acumulando, que la gente en general me ignora; vamos que me dejan expresar pocas cosas, intuyo que lo hacen a sabiendas, que es lo que llevo peor en estos últimos años; bueno a mí me parece que es así.
Me gustaría que la gente en general se llevara bien conmigo, y por supuesto la mayor parte del mundo fuera al menos un momento feliz, y que al menos te sonrieran o te dieran las gracias alguna vez en tu vida.
Entonces recuerdo que alguien del grupo que íbamos juntos, me había dicho que mi zancada de paso era un poco más grande que la habitual y que los demás no podían llevar mi ritmo. Vuelvo a darme cuenta que eso de 'no me toques' tiene su aquel, es algo como un aviso: puede ser que esté empezando a segregarme de la tribu.
Puede ser que ya no pertenezco a ellos: ya me avisan: 'no me toques'.