Me gusta saber que hay detrás del nombre de una calle. Debería ser un lugar para recordar a alguna persona o institución destacadas. Por ejemplo, la conocida calle de Balmes de Barcelona; muchos no saben quién es pero por lo memos pervive su nombre con el paso del tiempo. Hay alguno sin mérito pero fácil de recordar como calle de Dublín pero como les dé poner calle de Naypyidaw (¿saben a qué país corresponde?) hacen un flaco favor a los ciudadanos. En Manhattan han simplificado muchas de ellas con un número y ¿quién lo conoce la Quinta Avenida?
En vida, lo puedo comprender nombrándole Hijo Predilecto y a su muerte pasar su nombre a calle. Así se evitarían muchos patinazos.