En estos días de quinielas papales y humos de chimeneas, me viene a la memoria la peculiar historia de un Papa, cuyos avatares no le abandonaron ni después de su muerte. Se trata del Papa número 111 de la iglesia católica e impartió su mandado desde el año 891 al 896. Como cualquier otro miembro del poder religioso, no se pudo resistir a las intrigas políticas de su época, lo que a la postre le traería muchas complicaciones, como no podía ser de otra forma, en un mundo que obliga a lealtades envenenadas de enemigos colaterales o sencillamente directos, sin paliativos. Venganza y esperpento se unieron a la suerte del Papa Formoso que pondría en solfa cualquier sentido equitativo de la lógica y en último caso de la justicia más elocuente.
No profanar el sueño eterno: la historia del papa formoso
Publicado el 18 marzo 2013 por PepecahiersEn estos días de quinielas papales y humos de chimeneas, me viene a la memoria la peculiar historia de un Papa, cuyos avatares no le abandonaron ni después de su muerte. Se trata del Papa número 111 de la iglesia católica e impartió su mandado desde el año 891 al 896. Como cualquier otro miembro del poder religioso, no se pudo resistir a las intrigas políticas de su época, lo que a la postre le traería muchas complicaciones, como no podía ser de otra forma, en un mundo que obliga a lealtades envenenadas de enemigos colaterales o sencillamente directos, sin paliativos. Venganza y esperpento se unieron a la suerte del Papa Formoso que pondría en solfa cualquier sentido equitativo de la lógica y en último caso de la justicia más elocuente.