¡No puedo creer que no sea terrestre!

Publicado el 31 octubre 2011 por Plob

¿Os imagináis el planeta azul sin agua? Que el único planeta que de momento podemos demostrar que esté poblado no tuviera la sustancia más fundamental para la vida es, cuanto menos, complejo de entender. Pero, un estudio reciente llevado a cabo por distintas instituciones europeas y estadounidenses revelan indicios de que el agua que forma los océanos tenga origen extraterrestre.

No; no nos equivoquemos. No la trajo una civilización ultraavanzada a bordo de platillos volantes. Sino que, según revela este estudio, es posible que uno de los principales orígenes del agua terrestre esté en los cometas.

Hasta ahora esta hipótesis no se había visto demasiado aceptada, dado que la concentración de deuterio en el agua presente en los cometas estudiados era muy superior a la del agua presente en la Tierra. Pero en este estudio, se ha comprobado que el agua presente en el cometa Hartley 2, formado en el cinturón Kuiper, tiene una proporción de deuterio/hidrógeno de 1,61, muy similar a la 1,55 del agua de la Tierra.

Podemos apreciar que el contenido de deuterio/hidrógeno entre el cometa Hatley 2 y la Tierra es bastante pequeña, siendo este resultado el principal para apoyar la idea de que el origen de los oceános se encuentre en el espacio

Así, y tal y como afirma Edwin A. Bergin, investigador de la Universidad de Michigan y coautor de este trabajo, «estos resultados son una pieza fundamental en el gran rompecabezas de cómo y cuándo los océanos llegaron a ser lo que son».
Tras este estudio, gana peso la hipótesis de que el agua, y por ende, la vida, tenga su origen fuera de nuestro planeta, hipótesis esta que no puede dejar de recordarnos a la teoría de la Panspermia.

Preguntándonos cómo llegaron estos meteoritos, y con ellos el agua que dio lugar a los océanos, los autores de este trabajo nos remiten a la disposición espacial de hace nada menos que 4000 millones de años, cuando el cinturón Kuiper, que se encuentra en las inmediaciones de Plutón, perdió el 97% de su masa en un momento de acercamiento entre planetas. El posible impacto de estos cometas que salieron despedidos por este fenómeno puede ser, además del origen del agua oceánica, causantes de varios de los cráteres lunares.

Estos resultados, a pesar de no ser concluyentes, dan una mayor credibilidad a este posible origen del agua en nuestro planeta, y, tal y como dice el investigador del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), Jesús Martínez-Frías, será importante «encajar estos datos en los modelos que implican también mezclas de fluidos de la Tierra primitiva».

Este artículo se ha elaborado para la VI Edición del Carnaval de Biología, que en esta ocasión corre a cargo de Diario de un copépodo