No quiere ir al cole

Por Soniarotger @soniarotger

Así es... desde hace una semana, no quiere ir al cole.
Al parecer está teniendo problemas con un niño de la clase aunque también es cierto que puede estar sintiendo, además, el proceso que su padre y yo estamos viviendo. Ambas situaciones sé que se van a arreglar tarde o temprano,  pero hay una tercera que me plantea mas dudas.
Magdalena, de tres años y medio, lo expresa así:
"Mamá, es que cuando volvemos del patio, a mi me gustaría que ya nos fuéramos a casa".
Empiezan a las 9 y el patio dura muy poquito en proporción a todo el tiempo que permanecen en el aula donde las actividades son dirigidas. Este formato deja poco espacio a las inquietudes personales del niño. Por esta razón, yo creo que al venir del recreo, que es el único momento que tienen opción de jugar en libertad, el choque nuevamente con las actividades dirigidas es mayor aun.
Así que ya tengo sobre la mesa otra vez mi debate interno sobre escuela tradicional y escuela libre. Por mucho que la profesora desee introducir actividades dirigidas al cuidado de sus almas, porque me consta que ese es su deseo, es el modus operandi el que hace que no surja el efecto buscado. Se necesitaría mas personal para implantar una educación alternativa, formación y sobretodo, las ganas.
Me obligo a tener perspectiva y a creer que es una etapa que superará y ya está.
La autora del libro que inspira este blog no habla sobre esta problemática porque sus hijos fueron educados en casa. Hace mención al acompañamiento del niño en sus necesidades. ¿Y si la necesidad que expresa es la de pasar el tiempo contigo porque lo que le ofrece el colegio no la motiva?
Es difícil decirle a un hijo que tiene que ir al colegio ya que es bueno para él, que aprende muchas cosas, bla,bla,bla...y todas estas cosas que decimos para que entren cuando se aferran a la verja ( promesas de chuches y extras varios también se incluyen en los momentos de desesperación) cuando dentro de ti sabes que hay una alternativa educativa mas respetuosa con su ser.
En mi caso esta alternativa está en un pueblo a media hora de coche y económicamente no estoy segura de poderlo asumir por el momento. Ya dediqué un post al documental "Educación prohibida" y sigo leyendo los libros de Rebecca Wild. Pero si he de ser sincera, hay algo dentro de mi que me retiene a dar el paso...y no es el dinero ni los kilómetros.
No me puedo creer que no exista la posibilidad de que se genere el cambio que necesitamos desde dentro de la escuela tradicional. Se que soy optimista por naturaleza pero creo que también soy realista cuando he de serlo. Me consta que hay muchos profesores, como Esperanza, que intentan introducir cambios (lo que les dejan). ¿Voy a dejar de confiar en ese cambio y me voy a ir a bailar con la mas guapa? ¿es oro todo lo que reluce? ¿Puede dañar seriamente a una persona un sistema educativo si nosotros como padres cubrimos sus necesidades de amor y atención?
Quiero pensar que lo que influirá profundamente en el desarrollo de mi hija es nuestra forma de amarla y que la escuela es un complemento que debería favorecer el desarrollo de su potencial para que cumpla su leyenda personal ( de la que habla Paulo Coelho en su libro "El Alquimista").
Creo que lo que nos ha alejado de dicha leyenda personal ha sido el modelo de crianza mas que el modelo educativo. Por tanto, quizás podamos compensar las carencias del sistema observando y creando un vínculo de total confianza con nuestros hijos para que detectemos si hay frustraciones o actuaciones que puedan dañar su autoestima. Y sobretodo, sobretodo, tener esperanza y confiar.
Dicen que justo antes del amanecer, la oscuridad aumenta.
El video no tiene desperdicio, es sobre el paradigma educativo.