foto: alienaragorn
Cuando digo que no quiero acabar como el abuelo del anuncio de IKEA, evidentemente me refiero a cualquiera de los otros abuelos que se quedan en el mismo sitio (bueno ellos sí que pueden sentarse) pero no es excusa, puesto que cualquier otro día les pasará lo mismo que al emprendedor y viajero de la silla plegable rosa.Cuando digo que no quiero acabar como el abuelo del anuncio de IKEA,
me refiero a quedarme "parado" (tiene doble sentido), estático e inerte. A no cambiar el chip, a no afrontar una nueva fase de nuestra vida. A la autocompasión y a ir de víctima y pensar que los problemas se resuelven solos.
Cuando digo que no quiero acabar como el abuelo del anuncio de IKEA,
es porque pienso que las cosas no se solucionan solas, que hay que procurarse la buena suerte que dicen, que tenemos que ser activos y sembrar y sembrar para algún día recoger.
Cuando digo que no quiero acabar como el abuelo del anuncio de IKEA,
se me ocurre que no quiero dejar pasar el tiempo (ese devorador de minutos, horas, días y años) esperando... ¡quiero ser como el abuelo viajero y emprendedor de la silla de color rosa y comerme el mundo, impregnarme de sus vivencias, conocer a gente y vivir!
Y cuando digo que no quiero acabar como el abuelo del anuncio de IKEA,
estoy diciendo que por mucho que tengamos problemas y haya situaciones difíciles siempre se puede empezar de nuevo.
el anuncio del abuelo