La película tiene un buen ritmo ascendente, una correcta atmósfera y una perfecta factura visual (incluso en los momentos de máxima oscuridad, se ha optado por ofrecer una especie de "visión nocturna" en blanco y negro bastante resultona). Álvarez logra en algunas secuencias generar un alto grado de tensión en el espectador, sobre todo en los momentos de mayor silencio, en los que aprovecha muy bien la condición de invidente del personaje dueño de la casa. Pero el mayor problema de "No respires" es el mismo que aqueja a buena parte del género de terror actual: presentar una buena idea y alargarla demasiado. En mi opinión, la película podía haber sido un excelente corto o mediometraje, pero siendo un largometraje termina sufriendo para llegar renqueante a su desenlace. En el camino, el guión presenta varios agujeros que podían haber sido fácilmente subsanables, pero ya sea por despiste o por mera pereza, se han dejado en el montaje final.
Otra cosa que no me gusta de la película es su absurda corrección política a la hora de intentar dar cierta justificación a los ladrones para que empaticemos con ellos. Yo digo: ¿por qué no pueden ser una panda de desgraciados rateros que, ante todo, sean MALAS PERSONAS? No entiendo esta manía de dulcificar personajes en este tipo de películas, la verdad. Muchas veces lo único que consiguen es el efecto contrario y que el espectador se ponga de parte del presunto villano. Villano que, en "No respires" termina siendo lo mejor de la función, pese a que igualmente se busca una vuelta de tuerca para demonizarlo.
Jane Levy es lo más destacable de la parte joven del reparto. Parece que a Fede Álvarez le gusta poner a la actriz en situaciones complicadas, puesto que ya las pasó canutas en "Evil Dead" y aquí vuelve a cumplir bastante bien en el papel de sufridora. Pero lo más notable viene de la mano de Stephen Lang, que compone un villano muy interesante y, sobre todo, de una imponente presencia en pantalla.
Creo que "No respires" se queda un poco a medias en su empeño de convertirse en una gran pieza de suspense y terror, y que, aunque tiene momentos remarcables, termina alargando demasiado su interesante premisa y nos deja con un agridulce sabor de boca.
Mi nota: 5