no sabría negarlo

Publicado el 17 julio 2012 por Serlibre
Menos mal que no apareció Emilia mientras leía a Simone de Beauvoir:  -"Para el hombre, existir significa remodelar la existencia. Vivir es la voluntad de vivir.” - Hubiera querido que el cepillo de dientes le limara las encías hasta hacerla sangrar de dolor. Sacudir el mantel de migas inexistentes por el solo hecho de encontrar una utilidad a su vida. Se hubiera sentado sobre el potus para enseñarle a no vegetar. Autorregarse.No sé si la imaginé ausente o creció tanto mi deseo de Bartlebyzarme que no la vi.Inútil hubiera sido contarle que debajo del potus escondí dos lágrimas gracias a las cuales las hojas se volvieron demasiado voluminosas. Llorar? Me hubiera retorcido las entrañas con esos resilientes consejos que ni siquiera me sirven para llamar a la del quinto.En ese piso pasó todo lo que no hubiera querido decirle nunca a Emilia. Un susto, dos miradas fijas y dos cuerpos exhaustos a media tarde. Eso es vivir, eso fue vivir? De no ser así no lo estaría pensando. Fue tan fugaz que nunca más volví al quinto. Ni siquiera para evocar a Simone de Beauvoir. Y por qué. Por Emilia? Si lo supiera no dudaría en cepillarme yo también los dientes y sangrar hasta mimetizarme con ella. Y me voy de nuevo a esconder un par de lágrimas debajo del potus aunque nadie vea las hojas. Me hago cómplice del sillón recién estrenado para consumar algún hecho que sospecho que no tardará en suceder aunque no sepa muy bien si me volveré un personaje o me sacarán a empujones. No importa. Soy sonámbula y ni siquiera podría asegurar que Emilia no soy yo. Ni negarlo.