Es curioso que los americanos sigan insistiendo en hacer remakes de películas que triunfan a lo loco. Poseen una habilidad única para no ver nada que no sea en su idioma. No les vale el doblaje, los subtitulos, ni otra opción que no sea hacer la peli/serie ellos mismos. Incluso si se trata de producciones británicas, vamos que ni el acento de fuera toleran. Eso siempre me ha parecido bastante nazi. Esto hace que se den paradojas como que en sus premios a cine de habla no inglesa sean los menos votados porque les obligan a ver (y demostrar haber visto) las películas nominadas para poder emitir el voto. Por eso si no tienen un interés especial prefieren dejar sin votar esa categoría antes que tragarse un film rumano. Y por eso también al final los académicos europeos suelen ser los que deciden esta categoría.
¿Todo esto tiene que ver con la película de hoy? No del todo. Simplemente el hecho de que una película mejicana en versión original haya sido un éxito en América hizo que la curiosidad me animara a dar al play a esta cinta que se encuentra en Amazon Prime. Se trata de No se aceptan devoluciones.
El planteamiento de la película no os va a resultar nada original. Un mejicano pendón y mujeriego se dedica a disfrutar y retozar con todas las americanas solteras que buscan un romance tórrido con un macho hispano en sus vacaciones en Acapulco. Cada día con una mucha ha nueva, sin oficio ni beneficio y viviendo la vida padre transcurre la vida de Valentín hasta que deja de ser vida y se convierte solo en padre.
Pues bien. La primera parte de la película transcurre como es de prever, convencional pero simpática. Luego se convierte en una suerte de Kramer Contra Kramer y aún tiene una última parte más intima y emotiva. Pero hasta aquí puedo leer para no destripar la gracia de la película.
Siempre recomiendo que se vean las cintas en versión original siempre que sea posible pero en este caso es necesario porque aunque podéis encontrar una versión doblada el resultado es una bizarrada muy grande porque se repiten contenidos, se pierden bromas y desparece el contraste cultural que forma parte de la segunda parte de la película.
La cinta costó 5 millones y en Estados Unidos llegó a conseguir 39 millones convirtiéndose en la cinta de habla hispana más taquillera de todos los tiempos en América. ¡Casi nada!