Para llegar a semejante conclusión habrá que pensar primero qué creemos que es "criarse". Si criarse es simplemente crecer en sentido físico, lograr aumentos de peso y crecimiento de centímetros que pueden marcarse en la pared con orgullo para poder decir "mirá que grande que está", si criarse es cumplir años, desarrollar las habilidades propias de cada etapa de su vida, como aprender a gatear, pararse, caminar, hablar... Bueno, entonces, sí, se crían solos. Pero acaso yo estoy loca? O todos los demás están ciegos? Porque no me hace falta mirar demasiado a mi alrededor para ver que esta generación de niños, adolescentes y jóvenes se está yendo a cualquier lado. Y ya no hace falta ver noticieros para enterarse de actos de violencia, de drogas, de fotos y videos pornográficos filmados en las escuelas, de embarazos y abortos pre-adolescentes y adolescentes, de chicos que se cortan los brazos, que se agreden entre ellos, a docentes y a sus propios padres, que portan armas, que se emborrachan, que se accidentan a la salida de los boliches, que se suicidan... Perdonen ustedes, pero yo no quiero que mi hija se "CRÍE" sola, si ese es el resultado. Porque crecer por fuera, eso lo hace cualquiera, y casi sin ayuda. Basta que los hayamos alimentado el primer año de vida, para que casi tengan asegurada su supervivencia. Ya al menos podrán caminar y llorar por comida para seguir creciendo. Pero "criarse, crecer" implica muchos otros aspectos que nada tienen que ver con el crecimiento exterior, y mucho con el interior, intelectual y espiritual. Y para eso señores, hace falta otro tipo de alimento. Para eso hace falta intervenir en su crianza y en su educación. Y no es suficiente con que les digamos lo que tienen y lo que no tienen que hacer desde nuestro lugar de "señores-padres-que-tienen-demasiadas-ocupaciones-como-para-prestarles-atención", sino que es necesario que podamos intervenir en su vida diaria, empaparnos de sus vivencias, de sus reacciones, de sus momentos importantes, de sus dudas, de sus aprendizajes, de sus cuestionamientos, de sus miedos, de sus fantasías, de sus proyectos en la vida, de todo lo que quieren y lo que pueden aprender. Y no solo eso... falta lo más difícil: tenemos que poder darles el ejemplo. No se crían solos. Si seguimos creyendo que tener hijos es tan fácil como parir, ya puedo ver a dónde terminará el mundo en un par de generaciones más. Porque la falta de amor que viven nuestros hijos desde el día uno y dentro de su propio hogar es lo que proyectarán el resto de sus vidas. Saludos.
Para llegar a semejante conclusión habrá que pensar primero qué creemos que es "criarse". Si criarse es simplemente crecer en sentido físico, lograr aumentos de peso y crecimiento de centímetros que pueden marcarse en la pared con orgullo para poder decir "mirá que grande que está", si criarse es cumplir años, desarrollar las habilidades propias de cada etapa de su vida, como aprender a gatear, pararse, caminar, hablar... Bueno, entonces, sí, se crían solos. Pero acaso yo estoy loca? O todos los demás están ciegos? Porque no me hace falta mirar demasiado a mi alrededor para ver que esta generación de niños, adolescentes y jóvenes se está yendo a cualquier lado. Y ya no hace falta ver noticieros para enterarse de actos de violencia, de drogas, de fotos y videos pornográficos filmados en las escuelas, de embarazos y abortos pre-adolescentes y adolescentes, de chicos que se cortan los brazos, que se agreden entre ellos, a docentes y a sus propios padres, que portan armas, que se emborrachan, que se accidentan a la salida de los boliches, que se suicidan... Perdonen ustedes, pero yo no quiero que mi hija se "CRÍE" sola, si ese es el resultado. Porque crecer por fuera, eso lo hace cualquiera, y casi sin ayuda. Basta que los hayamos alimentado el primer año de vida, para que casi tengan asegurada su supervivencia. Ya al menos podrán caminar y llorar por comida para seguir creciendo. Pero "criarse, crecer" implica muchos otros aspectos que nada tienen que ver con el crecimiento exterior, y mucho con el interior, intelectual y espiritual. Y para eso señores, hace falta otro tipo de alimento. Para eso hace falta intervenir en su crianza y en su educación. Y no es suficiente con que les digamos lo que tienen y lo que no tienen que hacer desde nuestro lugar de "señores-padres-que-tienen-demasiadas-ocupaciones-como-para-prestarles-atención", sino que es necesario que podamos intervenir en su vida diaria, empaparnos de sus vivencias, de sus reacciones, de sus momentos importantes, de sus dudas, de sus aprendizajes, de sus cuestionamientos, de sus miedos, de sus fantasías, de sus proyectos en la vida, de todo lo que quieren y lo que pueden aprender. Y no solo eso... falta lo más difícil: tenemos que poder darles el ejemplo. No se crían solos. Si seguimos creyendo que tener hijos es tan fácil como parir, ya puedo ver a dónde terminará el mundo en un par de generaciones más. Porque la falta de amor que viven nuestros hijos desde el día uno y dentro de su propio hogar es lo que proyectarán el resto de sus vidas. Saludos.