El ciclo de vida de la mayoría de los equipos recién ascendidos a la primera división del fútbol argentino es más o menos así: ascenso, sufrimiento por el promedio y descenso (directo o más sufrido a través de la promoción)
Como hincha de equipo al que le ha tocado pasar por ese ciclo en dos oportunidades en los últimos años, puedo garantizar que no se disfruta. Es más, como fanático –al que le gusta ver a su equipo ganar- a veces llegué a pensar que era mejor seguir en el Nacional B -donde nos respetan- y no estar en primera con constantes sufrimientos.
Ahora estamos peleando por un tercer ascenso en menos de 10 años (para los desprevenidos… ¡¡soy de Olimpo!!)… y se disfruta. Está bueno ver que el resto de los equipos nos respeta, que la gente y los periodistas nos consideran grandes en la categoría. Es más, creo que hasta a veces, nos defienden.
¿Volvemos al título?... Tal vez han visto o escuchado algún rumor relacionado con los promedios… ¿No se les ocurrirá sacarlos ahora, no?... No me gustaría enterarme de que como hay algunos equipos grandes con posibilidades de que su promedio los condene, se les ocurra sacarlos. Sería tan o más vergonzoso que haberlos creado (¿fue cuando descendió algún grande no?).
Siempre estuve en contra de esta manera de manejar los descensos. Pero es la primera vez en mi vida que me gustaría que los dejen. Para que todos prueben lo que se siente y se den cuenta de que no es justo, que pone a todos muy nerviosos y que, me animaría a conjeturar, puede ser uno de los factores que atentan contra el buen juego en nuestro tan querido fútbol.
Ojalá que todo sea claro, transparente y, en definitiva, como tiene que ser.
Rafael Jornet