No se puede prevenir frente a las drogas. Se hiperinmuniza

Hace unos días el Ministerio de Sanidad anunciaba la necesidad de presentar una Ley de Prevención del Consumo de Alcohol para Menores de edad. ( Nota de prensa)

Y es que, a pesar de todas las medidas, aún nos falta por comprender que las cifras son las que critican al actual modelo de prevención y actuación frente a la drogadicción. Y que falta una figura única sine qua non todas las medidas serán insignificantes. No hay eficacia posible. No se puede prevenir frente a las drogas.

Tras los recientes casos, la ministra ha expresado su compromiso para que lo sucedido a la menor en San Martín de la Vega no se vuelva a repetir. Es por ello que ha recalado la necesidad de adoptar medidas eficaces para acabar con "un problema muy importante" y del que "seguimos teniendo cifras preocupantes".

Dolors Montserrat ha informado sobre la urgencia de trabajar en el "consumo cero" por parte de los menores y acabar así con los alarmantes datos que se recogen en la última Encuesta Estatal sobre el uso de drogas en la Enseñanza Secundaria 2014-2015. En España la edad de inicio en el consumo de alcohol es de 13,8 años y mayoritariamente en el fin de semana realizando, un 22,2% de jóvenes, este consumo de manera intensiva o llevando acabo "consumo de atracón".

Otra ley que conllevará más planes, más departamentos y... cero eficacia.
Recuerdan el anuncio de la anterior ministra Ana Mato (2014). Y la anterior de la socialista Elena Salgado (2012). Y la anterior de Carmen Moya, delegada del Gobierno para PNSD (2010).

No tiene efectividad, porque no se puede prevenir frente a las drogas. Al menos, no por ahora.

Me explicaré. Lo primero es que hablamos de una enfermedad, y como tal, imprevisible. Nunca sabremos si alguien la desarrollará o no. Nunca sabremos si alguien está genéticamente predispuesto. Pues resulta que nacemos adictos. Pero han de darse el resto de factores (psicológico y ambiental) para desarrollar la enfermedad y desencadenar el sinfín de síntomas que regala esta enfermedad a quienes la desarrollan. No podemos saber, si alguien estará predispuesto a desencadenarla pues, y por tanto, no sabemos la efectividad real que tienen los planes de prevención en los menores, por la sencilla razón de que no se sigue a estos menores cuando dejan la prevención. Así, las estadísticas a pesar de algunas cortinas de humo, nos sacuden cada vez más, con más consumo de alcohol y estupefacientes, y con menor la edad del inicio de los consumos. Más consumidores comenzando antes, con menor indice de riesgo, ( "no se cumple lo que les dicen en los planes de prevención"), más tipos de estupefacientes, más fácil el acceso ( normalización de la cannabis), tenemos un coctel estupendo para las próximas décadas. El pronóstico no es nada halagüeño. Espero equivocarme, pero subir el precio del alcohol no frenará la escalada de consumos de estupefacientes, se precisa de medidas de hiperinmunidad.

Otra causa-efecto, es que esta enfermedad está tremendamente estigmatizada.
Y es que en el imaginario colectivo, las personas piensan que los drogadictos somos personas que optamos por usar o tomar las drogas. Pero, ¿pensarían lo mismo de alguien que padece bulimia nerviosa o anorexia?. ¿Pensarían lo mismo de alguien que padece cáncer?. Quizá esta persona haya fumado toda su vida y no pensamos así de ella. Las drogas actúan en la persona como un fármaco, para paliar dolores de diversa índole, y en algún momento de su vida encontraron esta "solución" sin poder conocer antes otro remedio.

Probablemente usted, lector, consume habitualmente alcohol. Es posible, incluso que fármacos. Si, para paliar dolencias. Pero, quien le puede asegurar que no va a desarrollar una enfermedad por ello. Nadie. Y tampoco puede estar seguro de no contraerla.

No se tiene efectividad, pero venimos haciendo lo mismo una legislatura tras otra. Ya se ha probado con la persuasión en formas variadas; como la prevención, en actuaciones policiales frente al narcotráfico y más o menos efectivo el menudeo. No digo que no haya que hacerlo. Pero sigue habiendo mucho apoyo discriminatorio a los afectados mediante centros de reducción de daños. Con fármacos que consiguen prolongar una muerte en vida. Otros, los menos estigmatizados, sin seguros médicos privados y teniéndose que costear un tratamiento eficaz que, claro, está fuera del alcance de la mayoría.

Una solución justa, inteligente y honesta sería poner a trabajar a aquellos supervivientes como modelos en la elaboración de campañas y otras medidas relacionadas. Sí, tenemos la cura. Somos como los seres de la naturaleza que han logrado sobrevivir a una pandemia, tenemos el antisuero con fines terapéuticos que puede inducir inmunidad al paciente hiperinmunizado.

Pero, ¿qué es hiperinmunizado?.

El principio del antisuero se basa en las vacunas, desarrolladas por Louis Pasteur. Sin embargo en lugar de inducir inmunidad en el paciente directamente, la inducen en un anfitrión y el suero hiperinmunizado es transfundido al paciente.

El antisuero es típicamente el tratamiento exclusivo eficaz para una condición que amenaza la vida, como en determinadas especies de animales venenosos.

Es muy posible inmunizar a una persona directamente con pequeñas dosis de veneno de un animal. Sin embargo, a diferencia de una vacunación contra la enfermedad que sólo debe producir una inmunidad latente que puede ser despertada en caso de infección; neutralizar una dosis grande de veneno requiere un nivel alto de anticuerpo circulante (un estado hiperinmunizado), por inyecciones de veneno repetidas.

En nuestro caso, funciona de la misma manera, nuestro conocimiento funciona como una vacuna, que se sintetiza (entre recuperados) para inducir la inmunidad no al paciente directamente, como se pretende, si no induciendo a un anfitrión (grupo) el suero hiperinmunizado (fortalecido entre todos) y así es transfundido al paciente. Eso es lo que llevamos haciendo décadas con las personas que llegan solicitando ayuda. Y sabemos que las necesidades que hacen falta ahí fuera (sociedad) también son las de hiperinmunizar de las drogas, y que seremos nosotros quienes lo harán.

Alex Martín