En estos días escucho las noticias de las mujeres que han fallecido este año a manos de sus parejas, asesinadas. No suavicemos el lenguaje. Y cuando veo noticias así solo puedo mirar a mi hijo y pedirle no seas malo.
Respeta a los demás.
Como yo te respeto a ti y a tu padre. Como él me respeta a mi. Así como respetamos a nuestros gatos. Quiero que respetes a toda forma de vida, sea como sea. Que no hagas daño a los animales y que veas a las mujeres como tus iguales.
Que sepas que una mujer puede hacer lo mismo que tu incluso mejor. Siempre habrá alguien mejor que tu y esa persona podrá ser una mujer.
Quiero que aprendas.
Que durante mucho tiempo las mujeres hemos sido silenciadas. Que llevamos ahí el mismo tiempo que los hombres pero que todo está pensado para ellos.
Date cuenta de las separaciones que hacen, que los baños para mujeres también lo son para discapacitados, y es donde están los cambiadores de bebés, pero no tiene por qué ser así. Quiero que luches por tu derecho a cambiar a tus hijos si así quieres. Que luches por la igualdad de una mayoría silenciada.
Que no seas malo.
Por favor no te conviertas en aquello de lo que me avergüenzo. No utilices a las mujeres. No las insultes por su ropa o por sus decisiones. Respétalas, cuídalas como cuidarías de mi misma.
Ser malo no es dejarte comida en el plato, tirar cosas o hacerme una rabieta.
Ser malo es pegar, quitarle las cosas a las niñas o llamarlas tontas. Decirles que no pueden jugar al fútbol. Dejar de compartir aficiones con ellas porque no son para chicas. Saltarte el “pasillo rosa” de la juguetería porque eso es para maricas.
Es levantar la mano ante quien es más débil que tu, que han hecho más débil desde el nacimiento. Aprovecharte con el puño en alto de los privilegios que tienes solo por ser un chico y no darte cuenta de que son eso, privilegios.
Que también te hace daño a ti todo esto. Cuando no puedes mostrar tus sentimientos, disfrutar de las cosas delicadas o simplemente usar ropa de un determinado color por miedo.
Solo pido que no seas malo.