'Modernas', María Picasso
Vivir en un barrio que es el paradigma de la modernidad mola, no os voy a engañar. Eso de salir a la calle y ver gente a la última, con colores de pelo imposible y modelitos de lo más sofisticados es un aliciente para no quedarse en casa. Y ya lo de compartir el parque infantil con los famosetes a los que sigues en el Twitter y ver como twittean el momento in situ es el summun de la conjunción de tus dos almas más petardas: la digital y la analógica.
Pero -por qué siempre tiene que haber un pero- no es oro todo lo que reluce... Y es que esos mismos motivos que te incitan a bajar a mezclarte con los #+qmodernoscontemporáneos te ponen el freno... Porque aquí no vale bajar la basura de cualquier manera... No, maja, no. Hay que saber estar. Ni muy arreglada, ni muy desaliñada. Con el toque justo de guapura casual, como estas actrices de serie americana que se levantan por la mañana peinadas y con sonrisa de recienfollás.
Es mucho el nivel que se exige en este barrio de pedorras con vestidito de tirantes vaporoso y botarrancas de recio invierno. Todas ideales con sus flequillos de moda, sus complementos vintage y su rouge intenso e intacto en la boca... Esto del pintalabios rojo perenne es algo que me impacta... No se les quita, oyes, y a mí no me dura ni cuarto de hora. Pero es que claro, a mí según me ponen la caña con la tapita de queso y anchoas me lanzo sin contemplaciones y aquí, mis vecinas ni se acercan a nada que no sea hortaliza ecológica. Así pasa, que en mi barrio la crisis del pepino no se ha notado.
Y es que la modernidad exige cuidar la línea y el medioambiente al mismo tiempo... por eso, además de las tiendas gourmet orgánico hay mucho 'gimnasio' para contrarrestar la proliferación de pizzerías, creperies y hamburgueserías tentadoras.
Barbie aerobic
Esto del deporte no es de ahora, llevo toda la vida yendo a un polideportivo en un barrio más modesto y menos chic, con mi camiseta vieja y mis mallas del Carrefour... pero es que en esta zona gimnasios normales no hay, solo hay salas de entrenamiento, talleres de yoga, aulas de Pilates o escuelas de Aikido... Y a estos sitios se va con el pantaloncito a juego con la cinta del pelo, como la Barbie aerobic y teniendo mucho cuidado de no sudar en exceso, no se te vaya a correr el rimmel.Hay que reducir la celulitis, pero sin que se note que la tienes, hay que conseguir el vientre plano pero sin perder la dignidad con los abdominales... hay que tomar el famoso bífidus pero sin confesar jamás que cagas.
Viva la modernidad.