No sólo de cuernos vive el hombre: Capítulo V: Momento Casillas

Por Antoniodiaz


Así se celebra un gol.
Hay partidos somníferos y partidos excitantes. El de ayer, por motivos misteriosos, fue de una manera en la primera hora y cambió totalmente cuando Vicente del Bosque cambió a Fernando Torres por Cesc pasado el minuto 50. Hasta entonces, la noche había transcurrido en una calma inquietante. Iker Casillas paró un tiro flojo de Santana cuando los equipos se estaban conociendo y lo más exigente que hizo su contraparte, Justo Villar, fue dar cuatro pasos para apretar contra su pecho un pase de Xabi a Torres que se fue largo. Un tiro entre los tres palos de España y ninguno contra el arco sudamericano. Nada hacía sospechar que entre el minuto 55 y el 60 se produciría el momento penalti, el momento alboroto, el momento heroico en el que apareció el capitán y dejó su portería a cero y a España firme en Sudáfrica.
Foto: AFP

Casillas iba de azul claro. El madrileño caminaba con los brazos cruzados clavando la mirada en la hierba como si buscase algún objeto perdido cuando Del Bosque hizo el cambio. La relación entre la entrada de Cesc y los acontecimientos subsiguientes no es directa ni indirecta. Cesc no había echado ni una carrera cuando Piqué hizo penalti. Mientras acudía a rematar un córner, Cardozo fue alevosamente agarrado por el central español. El error del defensa, que perdió la posición y rectificó contra el reglamento, resultó extraño por infrecuente. Su hoja de servicios en el último año estaba inmaculada. Pero ayer algo hizo que se le fuera el santo al cielo. Casillas, que no había tenido nada de qué preocuparse, tuvo de pronto ante sí a Cardozo mirando fijamente la pelota. Cardozo, delantero centro clásico, apodado Tacuara, como la caña con que los guaraníes hacían sus lanzas, se perfiló de costado anunciando el zurdazo y tiró a su derecha. Ahí se volcó el portero antes de embolsar la pelota sin dar lugar a réplicas.

Casillas tiene una particular manera de manifestarse. No importa su trayectoria ni su situación deportiva o personal. El hombre aparece cuando más le necesitan. Su relación con la pena máxima es significativa. Nunca ha detenido penaltis en partidos que no hayan sido decisivos salvo con la selección. A sus 29 años, sigue comportándose igual que a los 20. No habían pasado cinco minutos desde la parada de Casillas cuando Alcaraz hizo penalti a Villa y Justo Villar debió medirse a Xabi Alonso. El vasco metió el primer tiro pero el árbitro se lo anuló. A la segunda paró Villar y el partido se quedó 0-0.

No fue necesario que Casillas apareciera otra vez hasta que le remataron desde media distancia, al límite del tiempo reglamentario, con la selección clasificada para las semifinales por la mínima. Un mal blocaje posibilitó la segunda jugada. Surgió Santa Cruz, muy oportuno, para ponerse frente a frente al portero. Remató, pero Casillas salió para cerrarle todos los ángulos. Ricardo Martino, el seleccionador de Paraguay, juzgó fundamental la intervención del meta español: "Además de parar el penalti a Cardozo, fue decisivo en los últimos minutos cuando tapó un remate a Santa Cruz". La parada salvó el empate.

El propio portero explicó al final del partido cómo Reina desempeñó un papel fundamental para que Cardozo no marcara el penalti. "Le doy las gracias a Pepe (Reina), que es un fenómeno y me dijo por dónde le iba a pegar Cardozo". Lo explicó luego el propio Reina: "Le conocía de un partido contra el Benfica", dijo. "Me lo tiró por ahí y como contra Japón cambió, pensé que volvería a lo que suele hacer", añadió el meta del Liverpool. "Iker ha estado inmenso, nos ha llevado a la semifinal", le alabó Busquets.

El banquillo se levantó en masa y una avalancha de chaquetas azules, encabezadas por Reina y Valdés, se lanzaron sobre su objetivo. Una montaña de abrazos tapó al capitán. Ayer, Casillas dejó atrás un comienzo vacilante, con un error ante Suiza, y comenzó a olvidarse de una temporada más o menos intrascendente. Lo hizo con dos apariciones en el momento preciso. Justo para poner a España en las semifinales. Por primera vez desde 1950, entre los cuatro primeros.

Diego Torres

El País, 4 Julio 2010