No solo de pan

Publicado el 05 noviembre 2013 por Jcbarona


El otro día me invitaron a un concierto en la sala sinfónica del Auditorio Nacional. Estaba lleno. Se trataba del contratenor Philippe Jaroussky y la orquesta de cámara veneciana. A mí el Barroco es un género que me atrae tanto para cantarlo como para escucharlo; hay piezas realmente estremecedoras. Y la voz de contratenor les añade un carácter singularísimo.

No voy a hacer una crítica del concierto, que me gustó mucho por momentos, como cuando sonaba el Alto Giove de Porpora, mágico y maravilloso. Lo que quiero comentar es algo que me llamó la atención en la puerta del Auditorio. Había una señora allí preguntando si a alguien le sobraba una entrada.A veces pasa que alguien falla en el último momento y me pareció bonito que la oportunidad no se perdiera sin que mediase el vil metal que tanto adultera las cosas. No deberían quedar asientos vacíos en los teatros habiendo gente con ganas de entrar. No solo de pan vivirá el hombre y es momento de preguntase cómo satisface la sociedad, el estado o el sistema el hambre y, lo que es más grave, la desnutrición cultural.¿Era limosna lo que pedía aquella mujer, limosna lo que le daba el que le regalase la entrada? Nada más lejos de la realidad, allí tenía lugar un auténtico festín del que no debería sobrar nada.Enseguida pensé en otro tipo de espectáculo, en el fútbol y en que es más fácil ver allí justo lo contrario, profesionales de la reventa ofreciendo entradas al respetable con sobre precio. Qué contraste tan grande, ¿no os parece? Lo que sobra por un lado escasea por el otro. Puede que sea un indicador de la desigualdad imperante en el mundo de hoy. Sobran aficionados al balompié y faltan conocedores y aficionados a la música. Pues es sabido que mientras el fútbol enardece a la masa la música es capaz de amansarla.

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