No solo la gravedad mantiene unidos a los asteroides

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias

Posibles estructuras del ateroide 2011 MD, del cual dos tercios corresponden a espacio vacío: un conjunto de rocas (izquierda), o una roca sólida con un halo de escombros (derecha). Crédito: NASA/JPL-Caltech.

¿Cómo lo hacen los asteroides para mantener unidas sus pilas de escombros? Anteriormente, los científicos decían que era una combinación de fricción y gravedad. Sin embargo, nuevas observaciones del asteroide 1950 DA revelan que hay algo más que ayuda a hacerlo. El asteroide rota demasiado rápido para que la gravedad lo mantenga unido, así que ¿qué está ocurriendo?

“Descubrimos que 1950 DA está rotando más rápido que el límite de ruptura para su densidad”, señaló Ben Rozitis, investigador postdoctoral en la Universidad de Tennessee, Knoxville, quien lideró la investigación. “Así que si solamente la gravedad mantuviera unida a esta pila de escombros, como se asume generalmente, se dispersaría. Por lo tanto, las fuerzas de cohesión entre las partículas deben mantenerlo unido”.

Las fuerzas de cohesión se refieren a la acción de las moléculas o partículas individuales de mantenerse juntas. Es la primera vez que los científicos lo han descubierto actuando en un asteroide. Mejor aún, si se confirma en otros asteroides, tiene implicaciones para los planes de proteger a la Tierra de un “asteroide asesino” si es que fuera necesario.

Si la amenaza resultara ser un asteroide débilmente unido, un impacto en el lugar correcto rompería el asteroide en muchos. (Por supuesto, habrá que asegurarse de que el problema no termina transformándose en múltiples asteroides más pequeños que impacten de igual manera la Tierra, en lugar de uno más grande.)

Ahora, los investigadores están interesados en averiguar si las fuerzas de cohesión también actúan en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que está siendo examinado por la misión Rosetta.

El estudio “Cohesive forces prevent the rotational breakup of rubble-pile asteroid (29075) 1950 DA” fue publicado en línea el 13 de agosto en la revista Nature.

Fuente: Universe Today