Revista Infancia

“No soy antivacunas”, una madre crítica con las vacunas

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Se ha publicado el reportaje sobre la vacuna del sarampión en el que no participo. Quien sí aparece es Patricia, madre crítica con las vacunas, cuyo contacto le pasé a la periodista. No he leído todavía el reportaje pero sí que he leído lo que ha colgado en su blog Patricia, las respuestas a las preguntas de la redactora de El Mundo tal y como se las entregó. Considera esta madre que en el texto del Magazine se le llama “necia”, su opinión, como esperaba es única entre los portavoces de la Asociación Española de Pediatría (aunque no sabemos si lo hacen en nombre de quienes les financia, el laboratorio fabricante de vacunas GlaxoSmithKline y estoy deseando leer el reportaje para ver si declaran su conflicto de intereses).

Creo que Patricia es una persona prudente y sensata que aunque con matices, pues cada persona es una opinión, nos representa a muchos en ese reportaje:

1. ¿Por qué no has vacunado a tu hija? ¿Tienes argumentos científicos para apoyar tu postura?

Soy muy recelosa con la industria farmacéutica en general. El tema de la gripe A, fue un “número” de mucho cuidado. Si bien se han hecho grandísimos avances que han salvado vidas a lo largo de la historia, eso es indiscutible, este sector no se ha librado de las tendencias económicas neoliberales que comenzaron hace unas décadas, haciendo incluso de la prevención un negocio obviando otros muchísimos aspectos que saben que nos enferman como la alimentación, el aire que respiramos, los químicos, las tenencias robotizadas de crianza y otras muchas cosas. Si no nos preguntamos qué nos llevamos a la boca, qué nos metemos en el cuerpo y cómo, si no nos respetamos a nosotros mismos y al lugar que nos tocó vivir, ¿entonces que nos queda? Habría que preguntarse de dónde viene esa falta de respeto que nos tenemos. Yo creo que ya se remonta a la vida primal y al sistema social patriarcal.

Se alude a la ciencia cuando interesa y cuando no, nos olvidamos que ciencia son también muchas cosas que no vemos y que la ciencia también tiene alma y ésta es sutil, se obvia, me resulta gracioso, pero sí, me informé, vacuna por vacuna, su forma de administración, su cobertura inmunológica, si merece la pena, porqué se ponen cuando el bebé es tan pequeñito, si se puede esperar… 

Yo no soy antivacunas, no me gustan las etiquetas reduccionistas, reconozco que sigo dudando si vacunar a mi hija contra el tétanos o la polio, por ejemplo, no sé si sabes que en continentes como África estas vacunas han salvado muchas vidas, en concreto la primera. Lo que sí tengo claro es que ante una esclerosis múltiple, un lupus, enfermedades respiratorias crónicas, un autismo o un ataque epiléptico cada dos horas, que son efectos colaterales de algunas vacunas, todos documentados por la FDA [agencia de medicamentos de Estados Unidos] prefiero quedarme con un sarampión, unas paperas o una tosferina, por muy fatales que me las pinten. Este tema del sarampión parece el fin del mundo y es una vergüenza que haya médicos que ya no sepan tratar estas enfermedades “calientes”. Lo curioso es que en el Canal Metro de Madrid no sale que por sacar malas notas a los niños les están administrando anfetaminas (ritalín) a discreción por psicólogos, tengo un caso cercano y hay cientos de nuevos casos cada día.

2. Desde los organismos sanitarios oficiales se señala que los padres que no vacunan a sus hijos se están beneficiando de la inmunidad que les proporcionan los padres que sí vacunan, porque sólo gracias a las vacunas se consigue que el conjunto de la sociedad no sufra las epidemias que hace sólo 30 años enfermaban y llegaban a matar a mucha gente. Y que, además, si se abandonan masivamente las vacunaciones volveríamos a esa situación. ¿Qué tienes que decir a esto?

Que los organismos sanitarios oficiales se equivocan (una vez más), tienen detrás unas presiones inmensas de la industria. Es cierto que hay pediatras a los que aprecio que opinan que las vacunas en general están muy bien, me parece perfecto, las vacunas no inmunizan al cien por cien, las inmunizaciones masivas no son la panacea, pero desgraciadamente se asocia una cosa a la otra. Parece mentira que nos escandalicemos con un sarampión y no nos llevemos las manos a la cabeza con el incremento de autismos, cáncer y demás en niños, es de locos.

En general la tendencia es vacunar sin más, a mí esto me parece escalofriante, yo creo que el tema de las vacunas es un efecto colateral más del poco sentido crítico de la población, caemos como moscas en la comodidad y el inmovilismo y la sumisión, todos estamos demasiado ocupados, no tenemos tiempo, ni para investigar, contrastar, poner todo en cuarentena, nos apoltronamos… quizás porque nos falte algo desde que nacemos, nuestra parte de dignidad humana.

Desde aquí recomiendo el Libro de la pediatra suiza, Francoise Berthoud¿Hay que vacunar a nuestros hijos? por no poner más recomendaciones.

3. Si dentro de unos años tienes que viajar con tu hija a algún país no desarrollado ¿la vacunarías, teniendo en cuenta que allí sí hay enfermedades que matan a niños y adultos y que en el Primer Mundo están controladas? 

He viajado, y curiosamente para la malaria que es de las más peligrosas no hay vacunas, solo una profilaxis. Me imagino que la investigación no merece la pena, ya que estos países no las pueden costear, azotados por deudas que su población no ha disfrutado y por élites corruptas, lo estudiaría primero, claro está no se las pondría al tun tun.

A día de hoy, mi hija con sus tres años y medio ha estado períodos de más de seis meses sin saber lo que es un moco o una tos, ha atravesado inviernos en la calle sin una broquiolitis ni un moco (ahora es distinto porque ya se relaciona más) no sabe lo que es nada crónico, ni una diarrea, ni un estreñimiento, jamás se ha quejado de ningún dolor, ni de tripa, ni de cabeza, no ha tenido nada que no fuese algo vírico (dos gastroenteritis), lo último una bronquitis que no le dejó ninguna secuela, no ha tomado ibuprofeno ni antibiótico, jamás, solo algún mililitro insignificante de paracetamol con los dolores de muelas, que ni siquiera ella quería tomar, que las cosas pueden cambiar, pues claro, pero qué quieres que te diga, “que le quiten lo bailao!”. Es una niña sana que ha tomado leche materna desde que nació, casualidad? puede ser, pero lo dudo.

Si está relacionado con el hecho de no vacunarla o no, pues no lo sé, pero mi intuición de madre me dice que ha ayudado.

4. Tú misma, si viajaras a países como Tailandia, Colombia, algunos países africanos… ¿te vacunarías contra la fiebre amarilla y contra otras enfermedades, tal y como señala el Ministerio de Asuntos Exteriores en sus recomendaciones para viajeros? 

Ya lo he hecho, lo dicho, no me he vacunado de todo en su momento…

Más info en el libro La salud que viene

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