Esta liga tiene algunos pilares básicos sobre los que se asienta, la solidez de los cuales cíclicamente son cuestionados. Discutiremos si este, ese o aquel jugador responden a esa figura retórica pero, últimamente se ha venido discutiendo si Bill Belichick debería dejar de formar parte del exclusivo y reducido grupo de los elegidos. La verdadera historia de Bill empieza cuando éste llega a los New England Patriots en el año 2000 procedente de los Cleveland Browns, en substitución de Pete Carroll con la oposición de la propia afición de los Pats, el mosqueo de la prensa y las dudas de los más entendidos en la materia. Fue una decisión arriesgada, más que eso, una verdadera corazonada del propietario del equipo de Boston, Robert Kraft quien ya se enamorara unos años antes del por aquel entonces assitent coach de Bill Parcells.
A partir de ese momento podríamos decir, sin temor a la exageración, que da comienzo lo que bien podríamos llamar uno de los procesos más exitosos en la reconstrucción de una franquicia. Bill supo sacar buenas lecciones de los conocimientos que tuvo oportunidad de asimilar durante los más de veinticinco años a las órdenes de gente como Ted Marchibroda, Tommy Hudspeth, Red Miller, Ray Perkins o Bill Parcells; el propio Marchibroda declaró sobre él que "estaba dispuesto a trabajar, sin importarle la hora del día o de la noche, dispuesto a aprenderlo todo sobre este deporte". Quizá fue por eso que Kraft decidió apostar su dinero a un caballo como el de Belichick al contratarlo para head coach pero uno puede imaginar fácilmente la profundidad de los saberes del técnico de Nashville a lo largo de las más variadas responsabilidades: de coordinador defensivo hasta special assistant pasando por responsable de los special teams o el control de TE's, WR's, linebackers.
u exhaustivo conocimiento de todos los jugadores, presentes y futuros de la liga ("no stone unturned"), la severa preparación a la que somete a sus equipos, su sentido del esfuerzo, su ética de trabajo, su versatilidad y, por encima de todo, esa mentalidad de equipo a la que me acabo de referir, son los elementos que han llevado al equipo de Boston a conquistar, no sólo su primera Super Bowl, sino a llevarse tres campeonatos durante la primera década del siglo XXI -y sigo diciendo que la Diosa Fortuna le debe uno más-. Sospecho que en la revolucionaria ciudad de Boston, Belichick afronta esta temporada como el capitán que divisa la línea del horizonte tras una tempestad. La lesión de Brady es ya un lejano y amargo recuerdo y el desastre defensivo que les supuso su eliminación en los playoffs de la pasada campaña, una oportunidad de mejora, a juzgar por cómo han sabido aprovechar el tiempo.De nuevo de la mano de Bill Belichick, New England Patriots ha presentado sus mejores credenciales venciendo a los Cincinnati Bengals por 38 a 24, sólidos en defensa y extraordinariamente efectivos en un ataque colectivo sin individualidades que destacar Sólo durante las próximas semanas podremos comprobar si los Pats han vuelto para quedarse -Jets, Bills, Dolphins, Ravens, Chargers y Vikings esperan a la vuelta de la esquina-, pero intuyo que William Stephen Belichick observa el futuro con confianza. Y me alegro por ello.