Hay mujeres que saben vestirse , saben qué les queda bien, qué quieren decir con la indumentaria, qué colores usar y qué accesorios les sientan bien. Lo único que les hace falta es un elemento esencial, una motivación interior que las haga sentirse bien con su cuerpo, con su edad y con sus formas.
Dar pautas de “imagen interior” es más importante que dar consejos para estilizar o armonizar una figura. Es decirle a una mujer que se quiera, que se mire al espejo, que se descubra, que trate de mirarse con cariño viendo no solo los defectos sino mirando más allá. Es invitarla a reencontrarse con los colores que le gustaban y se olvidó de usar, es brindarle una palabra de aliento para que se anime a sacar del armario todo su potencial .
Hoy estamos llenas de mandatos familiares y culturales que nos dicen cómo debemos ser, qué debemos ponernos, qué comprar y qué no. Y ya estamos bastante cansadas de recibir órdenes, queremos estar más relajadas y ser nosotras mismas.
Hablar de autoestima, de actitud, de presencia, de elegancia y de estilo es hablar de mucho más que de la indumentaria, de accesorios y de maquillaje, es lograr que te sientas segura y confiada en que eres tu mejor versión.
No hay buena imagen externa sino que existe una buena imagen interna. Pero… ¿Cómo se logra? Queriendo el cuerpo que tenemos, aceptando nuestra edad y poniéndole actitud a la vida.
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