Teniendo claro ese concepto de que cada persona tiene su propia visión de lo que le rodea y así reacciona a los estímulos externos, debemos trabajar nuestra mente para tomar conciencia de que no debemos tomarnos nada de lo que nos llegue, sea positivo o negativo, de forma personal. Si conseguimos mentalizarnos y conseguimos que se convierta en un hábito firme y sólido, nos evitaremos muchos disgustos en la vida. (celos, rabias, envidias, orgullos, creencias falsas, etc. etc.). Sabemos que tenemos ahí dentro de nuestra mente ese “Yo”, esa “vocesita” que nos está continuamente diciendo qué es lo que debes hacer, pensar, decir, sentir, etc. y que nos incita a no dejar pasar por alto lo que nos rodea y a tomarnos las cosas “a la tremenda” y a reacionar ante esos estímulos. Hay que aplacarla. No hay que dejarla que nos influya.
El Dr. Miguel Ruiz dice en su libro que “vayas donde vayas, encontrarás a gente que te mentirá, pero a medida que tu conciencia se expanda, descubrirás que tú también te mientes a ti mismo. No esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se mienten a si mismos. Tienes que confiar en ti, y decidir si crees o no lo que alguien te dice.”
Tú no eres responsable de lo que hagan o digan los demás de ti o de cualquier otra persona. Sólo eres responsable de ti mismo. Si los demás eligen una determinada actitud, evita que te afecte. Es su postura, su punto de vista. Nada más que eso.
Trata de aplicar lo aqui dicho también a esa situación que estas pasando después de la ruptura de pareja. Si logras mentalizarte a que la postura y lo que ha decidido hacer o ha hecho la otra persona ha sido su elección y decisión y no tiene que ver contigo, te encontrarás mucho mejor.
Escribe en grande en un folio el texto: “No debo tomarme nada personalmente” y pégalo en un lugar visible de tu casa donde lo puedas ver cada día varias veces.
Prueba a crear ese hábito en tu vida diaria y en tu mente. Vivirás mucho más felíz porque nada te herirá.