El fronterizo y apacible pueblo de Zugarramurdi con sus escasos 500 habitantes es perfectamente reconocible por cualquier hijo de vecino, gracias al caso más famoso de la historia de la brujería en España.
A medio kilómetro del pueblo existe la celebérrima gran cueva llamada de los Brujos (Sorgin-leze) en cuyo interior serpentea un arroyo llamado "el regato del infierno". En dicha cueva se reunían las brujas y brujos de la comarca para celebrar sus ritos. En 1610 la Inquisición procesó a una serie de personas acusadas de celebrar allí aquelarres, el resultado fue la condena a la hoguera de cuatro mujeres y dos hombres.
Tras leer un poco sobre el tema, uno saca la impresión de que con el pretexto de la brujería, los aldeanos y aldeanas se reunían allí para darle gusto al cuerpo en una fiesta orgiástica que tenía fines más dedicados al goce carnal que al diabólico.
De todas maneras el visitante que acuda por afición a las cuevas más que a las brujas, hará bien en completar su excursión visitando las cercanas y aún más espectaculares cuevas de Urdax, un complejo de galerías kársticas excavadas por el río Urtxuma.
Tras una rápida visita que merece la pena por el pueblo de Urdax, nos dirigimos a las llamadas cuevas de Ikaburu, acompañados por un guía, como es lógico, nos introducimos por un laberinto de salas con formaciones de estalactitas y estalagmitas, la visita de aproximadamente una hora y viene acompañada de luz y sonido para introducir en materia más al visitante. La visita tan sólo nos incluye descubrir el 30% de la extensión de la cueva.
En la comarca se creía que estas cuevas estaban habitadas por lamias, pero quizá fueran bulos divulgados por contrabandistas y maquis que la usaban como refugio, en su interior se han encontrado restos que prueban que ya fueron habitadas en la Prehistoria. Dejamos atrás, estas dos poblaciones cercanas, donde vemos dos formas diferentes de descubrir cuevas, leyendas, historia y ciencia, igual de válidas, las dos visitas muy recomendables por si estáis por estos lares. Es hora de cambiar de paisaje, esta vez más castellano, el sur de Navarra...
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