En la primera escena es el hombre quién acosa a la mujer con gritos, agarrándola, empujándola y arrinconándola contra una valla mientras la grita e insulta. La gente alrededor (en especial las mujeres) reaccionan casi de inmediato, increpándole al hombre su actitud.
En la segunda escena es la mujer quién acosa al hombre, la grita e insulta...empujándole y arrinconándole. La misma escena. La misma actitud del acosador y del acosado. La diferencia es que la gente no reacciona. La gente observa. Incluso se rie de la escena sin intervenir en ningún momento ni increparle a la mujer su actitud con su pareja.
Aparentemente un 40% de las denuncias de violencia doméstica en Inglaterra son interpuestas por hombres. Lamento decir que no me lo creo, a pesar del informe en The Guardian, creo que en muchos de esos casos el propio hombre denunciará dicha situación para defender precisamente la contraria.
Sea como fuere, hay una cosa cierta en el mensaje para combatir la violencia doméstica en cualquiera de ambas acepciones. Violencia es violencia... y eso precisamente es lo que tenemos que combatir entre todos. Hombres y mujeres. Mujeres y hombres.
¿Qué te parece?